China lanza una ofensiva contra las importaciones de chips de IA de Nvidia: inspecciones portuarias y freno a los envíos del H20 y RTX 6000D

Las autoridades chinas han iniciado una amplia operación de control sobre los envíos de chips de inteligencia artificial de Nvidia, según adelantó The Financial Times el 9 de octubre. Equipos de inspección se han desplegado en los principales puertos del país para verificar cargamentos de hardware de centros de datos, con especial atención a los modelos H20 y RTX 6000D, diseñados específicamente para cumplir con las restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos.

La medida, coordinada por la Administración del Ciberespacio de China (CAC) junto con el servicio de aduanas, busca detectar contrabando y frenar la entrada irregular de chips estadounidenses en el mercado chino. Lo que comenzó como un control selectivo sobre los H20 y RTX 6000D se ha ampliado en cuestión de días hasta abarcar “todos los productos semiconductores avanzados”, según fuentes citadas por el diario británico.


Nvidia en el punto de mira

El Nvidia H20 fue anunciado a finales de 2024 como una versión adaptada para el mercado chino, desarrollada para evitar infringir las sanciones comerciales de Washington. El chip se convirtió rápidamente en una alternativa viable para gigantes tecnológicos como ByteDance, Alibaba y Tencent, deseosos de mantener sus proyectos de IA generativa y entrenamiento de modelos pese a las restricciones de exportación.

Sin embargo, los mismos clientes recibieron el mes pasado órdenes de suspender nuevas compras del H20, y ahora los envíos existentes están siendo retenidos o bloqueados indefinidamente. Fuentes del sector apuntan a que los contenedores con estos chips, valorados en millones de dólares, se encuentran bajo inspección en los puertos de Shanghái, Shenzhen y Tianjin. Nvidia, consultada por varios medios internacionales, se negó a hacer comentarios.


Una campaña de control con doble objetivo

La ofensiva de Pekín tiene dos caras. Por un lado, impedir el contrabando de chips estadounidenses que, pese a las sanciones, siguen llegando a través de intermediarios en Hong Kong, Singapur o Vietnam. Por otro, favorecer la producción nacional de aceleradores de IA, en línea con la estrategia de autosuficiencia tecnológica que el gobierno promueve desde hace años.

Fuentes próximas a la CAC señalan que las inspecciones buscan “garantizar que las infraestructuras críticas nacionales no dependan de hardware extranjero no autorizado”. En paralelo, los funcionarios chinos también estarían evaluando la documentación técnica de los chips importados para comprobar si cumplen los estándares de ciberseguridad y transferencia de datos vigentes en el país.


Un contexto de creciente tensión tecnológica

La medida se produce en un momento de máxima tensión entre Estados Unidos y China por el control de la inteligencia artificial y los semiconductores. Tras los vetos de Washington a las GPU más avanzadas —como las A100 y H100—, Nvidia desarrolló una gama “recortada” para China, incluyendo los modelos H800 y H20, adaptados a los límites de potencia y ancho de banda impuestos por el Departamento de Comercio estadounidense.

Pero la paciencia de Pekín parece haberse agotado. Analistas del sector interpretan la decisión como una respuesta política y estratégica: China podría estar usando las inspecciones como instrumento de presión mientras acelera el desarrollo de sus propias GPU nacionales, como las Birente, Moore Threads o Huawei Ascend.


Un futuro inmediato con fricciones

Aunque los fabricantes chinos han logrado avances importantes en diseño de chips, aún enfrentan cuellos de botella severos: la falta de memoria HBM de alta densidad, la dependencia de equipos de litografía avanzados y la capacidad limitada de sus fundiciones siguen siendo obstáculos para escalar producción a gran volumen.

Esto deja a los operadores de centros de datos en una posición incómoda. De un lado, los envíos de H20 y RTX 6000D están paralizados y podrían no llegar nunca. Del otro, los chips nacionales no alcanzan todavía la potencia ni la eficiencia energética de las GPU de Nvidia o AMD, lo que amenaza con retrasar proyectos de IA y servicios en la nube en el corto plazo.


Implicaciones globales

Para Nvidia, el mercado chino —que representa entre el 20 % y el 25 % de sus ingresos en chips para centros de datos— es demasiado grande para perderlo. Sin embargo, cada nueva restricción, ya sea de Washington o de Pekín, complica su posición y erosiona los márgenes de crecimiento de su división estrella.

El endurecimiento del control aduanero chino puede interpretarse como una señal de confianza parcial en la capacidad del país para sustituir hardware extranjero por alternativas locales, pero también como un riesgo sistémico para toda la cadena global de suministro tecnológico.

Con Estados Unidos reforzando los límites a la exportación de tecnología de IA y China cerrando sus puertos a los chips importados, el futuro inmediato del sector se dirige a un escenario de fragmentación tecnológica, donde cada bloque económico busca levantar su propio ecosistema de semiconductores.


En resumen

  • China ha desplegado equipos de inspección en puertos clave para revisar todos los envíos de hardware de centros de datos con chips Nvidia.
  • Los modelos H20 y RTX 6000D, diseñados para cumplir las normas de exportación de EE. UU., son los primeros afectados.
  • La medida busca frenar el contrabando de GPU estadounidenses y favorecer el desarrollo local de chips de IA.
  • Los operadores chinos enfrentan ahora retrasos en la recepción de hardware y una oferta limitada de alternativas domésticas.
  • El conflicto tecnológico entre China y EE. UU. entra así en una nueva fase: la del control total de la cadena de suministro de la IA.

vía: tomshardware

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