China acelera en la carrera BCI y apunta a superar a Neuralink en 2030

China ha decidido dar un golpe en la mesa tecnológica y fijar un objetivo que, hasta hace poco, parecía reservado a Silicon Valley: liderar las interfaces cerebro-ordenador (BCI) en 2030. Lo hace con un plan de Estado que involucra a siete ministerios, una hoja de ruta con 17 objetivos estratégicos y una apuesta clara por convertir la investigación básica en productos industriales listos para el mercado.

El mensaje es inequívoco: si Neuralink, la empresa de Elon Musk, ha capturado titulares en Occidente, Pekín quiere ser quien domine el negocio global. Y para conseguirlo, el país ya ha comenzado a mostrar resultados clínicos que colocan a sus equipos de investigación en primera línea.


Avances clínicos en China: Beinao-1 y Beinao-2

En los últimos meses, investigadores del Chinese Institute for Brain Research (CIBR) y su spin-off NeuCyber NeuroTech han presentado dos hitos con nombre propio:

  • Beinao-1: un sistema semi-invasivo e inalámbrico implantado sobre la duramadre (la capa protectora externa del cerebro). Cinco pacientes ya lo han recibido, entre ellos una persona con ELA que, tras entrenamiento, logró comunicarse produciendo más de 60 palabras y frases en chino. También se ha probado en parapléjicos y en supervivientes de ictus, quienes pudieron manejar ordenadores y brazos robóticos con la mente.
  • Beinao-2: un sistema invasivo de alta precisión con matrices flexibles de microelectrodos. En pruebas preclínicas, un mono fue capaz de controlar un brazo robótico en tres dimensiones. El objetivo es iniciar la validación clínica en 2026, con vistas a aplicaciones avanzadas en control motor fino, restauración cognitiva y visión artificial.

Estos resultados ya han generado atención internacional. CNN habló del “primer lote mundial de BCI semi-invasivos inalámbricos implantados en humanos”, mientras que China Daily y WIRED subrayaron la ambición china de construir una industria competitiva global en cinco años.


Neuralink: un camino distinto

En paralelo, Neuralink ha logrado hitos que también han dado la vuelta al mundo. Su dispositivo, más invasivo que el chino, coloca miles de electrodos directamente en el tejido cortical mediante un robot quirúrgico diseñado para reducir riesgos de daño. En 2024, la compañía implantó por primera vez su chip en un paciente humano que pudo mover un cursor y jugar a videojuegos únicamente con la mente.

A diferencia de China, Neuralink ha optado por un enfoque incremental: ensayos clínicos limitados, centrados exclusivamente en aplicaciones médicas (ELA, tetraplejia) y bajo estricta supervisión regulatoria de la FDA. El propio Musk ha declarado que el objetivo es llegar a decenas de miles de pacientes antes de plantearse usos de consumo.


China vs. Neuralink: dos estrategias opuestas

La comparación entre ambos proyectos revela no solo diferencias técnicas, sino también de enfoque estratégico:

AspectoChina (Beinao-1/2)Neuralink
Tipo de implanteSemi-invasivo (Beinao-1) e invasivo (Beinao-2)Invasivo, alta densidad de electrodos
Casos clínicos5 pacientes implantados, comunicación y control robótico1 paciente confirmado, control de cursor y videojuegos
Lenguaje decodificadoChino (60+ palabras y frases)Inglés (movimiento y escritura básica)
Escalado previsto2-3 empresas globales en 2030, producción en masaDecenas de miles de pacientes en fases clínicas, enfoque médico
Apoyo institucionalPlan estatal, 7 ministerios, política industrialEmpresa privada con aval regulatorio de la FDA
Mercado objetivoMédico + consumo (vehículos, ocio, seguridad laboral)Médico (ELA, tetraplejia, Parkinson)
Modelo de crecimientoInvestigación básica → industrialización rápidaEnsayos clínicos → validación regulatoria

Una pugna que va más allá de la ciencia

La neurotecnología se está convirtiendo en otro frente geopolítico. Si Estados Unidos y sus startups han liderado hasta ahora la narrativa con Neuralink, Synchron o Paradromics, China quiere cambiar el tablero acelerando la industrialización y reduciendo los costes.

No se trata solo de ciencia: hablamos de un mercado multimillonario en rehabilitación médica, educación, seguridad, entretenimiento y movilidad. Y, como recuerdan analistas, también de riesgos: privacidad neuronal, uso militar y control estatal de una tecnología que, mal regulada, podría abrir puertas inquietantes al control de la mente.

El neurocientífico Max Riesenhuber (Universidad de Georgetown) lo resumía así:

“China es experta en trasladar la investigación básica a aplicaciones comerciales. Lo vimos en la fotovoltaica y en los vehículos eléctricos. Ahora la neurotecnología es otro ámbito en el que esta velocidad será determinante”.


Obstáculos y riesgos

Aunque las promesas son enormes, tanto China como Neuralink enfrentan retos comunes:

  • Biocompatibilidad y longevidad de los electrodos: evitar infecciones y garantizar que los implantes funcionen más de 24 meses sin degradarse.
  • Ciberseguridad: un chip conectado es también una posible puerta de entrada para ataques.
  • Ética y privacidad neuronal: ¿quién controla los datos decodificados del cerebro? ¿cómo se garantiza el consentimiento informado?
  • Aceptación social: ¿aceptarán los pacientes y, en el futuro, los consumidores sanos, llevar un implante cerebral?

Conclusión: ¿quién liderará en 2030?

El desenlace no está escrito. Neuralink lleva la delantera en innovación quirúrgica y validación regulatoria. China, en cambio, apuesta por la industrialización rápida y el respaldo estatal para escalar más allá del ámbito médico.

Si logra cumplir su hoja de ruta, China podría llegar a 2030 con empresas consolidadas, dispositivos más accesibles y aplicaciones masivas. Neuralink, por su parte, aspira a ofrecer la solución más avanzada y segura para restaurar funciones en pacientes con discapacidades graves.

La verdadera pregunta es si esta carrera se traducirá en un mercado global abierto o en un mundo fragmentado, con estándares distintos para Occidente y Asia. Y, sobre todo, si la sociedad está preparada para una tecnología que, literalmente, conecta la mente humana con las máquinas.


Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Qué diferencia hay entre Beinao y Neuralink?
Beinao combina sistemas semi-invasivos e invasivos, mientras que Neuralink apuesta solo por implantes invasivos de alta densidad. China se enfoca en industrializar rápido; Neuralink en validar clínicamente paso a paso.

¿Se han hecho pruebas en humanos?
Sí. En China, cinco pacientes han usado Beinao-1 para comunicarse y controlar dispositivos. Neuralink ha implantado su chip en un paciente que movió un cursor con la mente.

¿Habrá aplicaciones más allá de la medicina?
China lo contempla: interacción con vehículos, seguridad laboral y ocio. Neuralink, de momento, se centra en rehabilitación médica.

¿Cuáles son los principales riesgos?
Privacidad neuronal, ciberataques, biocompatibilidad de los implantes y la aceptación social. Ambas partes reconocen que todavía estamos lejos de usos masivos sin riesgos.

Referencias: Noticias Inteligencia artificial, AI free images, elchapuzasinformatico, wired, chinadaily y DanfeTV

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