Centros de datos: qué son, cómo funcionan y por qué su potencia se mide en megavatios

Los centros de procesamiento de datos, conocidos comúnmente como centros de datos o data centers, se han convertido en infraestructuras fundamentales en la era digital actual. Almacenan, procesan y distribuyen la enorme cantidad de datos generados por organizaciones y usuarios en todo el mundo. Además, su creciente consumo energético y las necesidades de refrigeración y ventilación, especialmente en los de gran tamaño, han llevado a que su capacidad se mida en megavatios (MW). Pero, ¿qué son exactamente los centros de datos y cómo funcionan?

¿Qué es y cómo funciona un centro de procesamiento de datos?

Un centro de procesamiento de datos (CPD) es una instalación diseñada específicamente para alojar sistemas informáticos y equipos de telecomunicaciones. Su función principal es almacenar, procesar y distribuir grandes volúmenes de datos de manera eficiente y segura. Estos centros albergan numerosos servidores, tanto de procesamiento como de almacenamiento y redes, permitiendo ofrecer servicios como copias de seguridad y recuperación de datos, protegiendo así la información contra pérdidas de cualquier tipo.

Un CPD típico se compone de varios componentes clave que trabajan en conjunto:

  • Computación: Son los motores del centro de datos. Incluyen servidores con diferentes capacidades de memoria y potencia de procesamiento, adaptados a las necesidades específicas de las aplicaciones y servicios que se ejecutan.
  • Almacenamiento: Comprende dispositivos como discos duros y unidades de estado sólido, así como sistemas de almacenamiento en red, que permiten conservar grandes volúmenes de datos de forma segura y escalable.
  • Redes: Incluye los componentes que conectan el centro de datos tanto internamente como con el exterior, garantizando conexiones de alta velocidad y confiables. Aquí se encuentran cables, conmutadores, enrutadores y otros equipos de comunicación.
  • Seguridad: Dado que los CPD manejan datos sensibles y críticos, la seguridad es primordial. Esto abarca desde medidas informáticas como cortafuegos, sistemas de detección y prevención de intrusiones y cifrado de datos, hasta aspectos físicos como controles de acceso y protección contra desastres naturales.

Tipos de centros de datos

Aunque todos los centros de datos comparten características comunes, pueden clasificarse en diferentes tipos según su propiedad y finalidad:

  1. Hiperescalares: Son los centros de datos más grandes y albergan infraestructura compartida para ofrecer servicios de computación en la nube a clientes externos. En España, estos centros suelen tener un tamaño entre 20 y 50 MW, aunque se están desarrollando instalaciones de más de 250 MW. Empresas como Microsoft, Meta, Stackscale (Grupo Aire) AWS y Google operan este tipo de centros, ofreciendo también sus servicios a terceros.
  2. Colocation: Estas empresas alquilan el uso de servidores a terceros, como compañías en rápido crecimiento que ofrecen servicios en la nube, por ejemplo, Netflix, Spotify o Uber. Su tamaño es menor que el de los hiperescalares, situándose en España entre 10 y 20 MW, aunque hay proyectos en desarrollo de hasta 100 MW.
  3. Privados: Propiedad de empresas o instituciones que los operan para satisfacer sus propias necesidades de procesamiento de datos. Su tamaño puede variar desde pequeñas salas de servidores hasta grandes instalaciones que ocupan varios edificios.

Funciones de un centro de datos

Las funciones de un centro de datos pueden variar según las necesidades de su propietario y la infraestructura disponible, pero generalmente incluyen:

  • Procesamiento de datos: Ejecución de aplicaciones, procesos y algoritmos informáticos en servidores y dispositivos para manejar diversas cargas de trabajo.
  • Almacenamiento: Conservación de grandes volúmenes de datos de manera segura y escalable, garantizando su disponibilidad cuando sea necesario.
  • Distribución: Facilitación de la transferencia de datos a través de redes de alta velocidad, ya sea a usuarios finales, dispositivos conectados, aplicaciones en la nube u otros centros de datos.
  • Gestión de recursos: Optimización de la capacidad de procesamiento, almacenamiento y ancho de banda para satisfacer eficientemente las demandas operativas.
  • Seguridad y protección de datos: Implementación de medidas para proteger la información contra accesos no autorizados, pérdidas y otros riesgos.
  • Monitorización y mantenimiento: Supervisión continua del rendimiento de los equipos, uso de recursos y disponibilidad de servicios, permitiendo identificar y resolver problemas de forma proactiva.

Consumo energético y sostenibilidad

Los centros de datos consumen una cantidad significativa de energía, no solo por la operación ininterrumpida de los servidores las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sino también por las necesidades de refrigeración para evitar el sobrecalentamiento de los equipos. Esto ha llevado a que la potencia eléctrica sea un factor clave, al punto de medir el tamaño de los data centers en megavatios (MW) según sus requerimientos energéticos.

Para reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia energética, se están implementando diversas medidas, como el uso de equipos más eficientes, mejoras en el aislamiento térmico y la implementación de sistemas de gestión energética avanzados. Además, hay un creciente interés en utilizar fuentes de energía renovable y en reutilizar el calor residual generado por los centros de datos.

Una reciente directiva europea establece requisitos para los data centers, incluyendo el uso de energías renovables y la reutilización del calor residual. Por ello, los centros de datos están buscando ubicaciones donde puedan aprovecharse sinergias, como la proximidad a industrias o redes de calor que puedan utilizar el calor disipado.

El futuro de los centros de datos

En un mundo cada vez más digitalizado, los centros de datos seguirán siendo esenciales para el funcionamiento de servicios en línea, aplicaciones en la nube y el manejo de grandes volúmenes de información. Su papel como infraestructuras críticas los convierte en piezas clave para la economía y la sociedad modernas.

Empresas energéticas son conscientes de su importancia en este sector y están estableciendo acuerdos con grandes corporaciones tecnológicas para garantizar un suministro eléctrico renovable y continuo. Asimismo, están colaborando en proyectos para aprovechar el calor residual y mejorar la sostenibilidad de estas instalaciones.

En resumen, los centros de datos son mucho más que edificios llenos de servidores; son el corazón de la infraestructura digital actual. Comprender su funcionamiento, sus tipos y el impacto que tienen en términos energéticos y ambientales es fundamental para avanzar hacia un futuro más sostenible y eficiente en el manejo de la información.

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