En plena crisis hídrica, el Gobierno del Reino Unido ha incluido en su lista de recomendaciones domésticas para ahorrar agua un consejo que ha generado polémica: borrar correos electrónicos y fotos antiguas para reducir el consumo de agua de los centros de datos.
La medida, comunicada por la Environment Agency tras la reunión del National Drought Group, se suma a acciones clásicas como reparar fugas, instalar depósitos para recoger lluvia o tomar duchas más cortas. El argumento oficial: los centros de datos utilizan grandes volúmenes de agua para refrigerar servidores, y reducir el almacenamiento de datos podría disminuir esa demanda.
Sin embargo, la comunidad tecnológica y expertos en infraestructura digital cuestionan su eficacia real.
El verdadero consumo de agua en un data center
Los centros de datos utilizan dos grandes categorías de refrigeración:
Método | Uso de agua | Características | Consumo estimado |
---|---|---|---|
Enfriamiento evaporativo | Alto | Utiliza torres de refrigeración que evaporan agua para reducir la temperatura | Entre 4 y 8 litros por kWh procesado |
Refrigeración de circuito cerrado | Bajo | Agua recirculada sin pérdidas significativas | <0,2 litros por kWh |
Free cooling (aire exterior) | Nulo | Usa aire ambiente para refrigerar | 0 litros por kWh |
Inmersión líquida | Muy bajo | Componentes sumergidos en fluidos dieléctricos | 0 litros de agua (no usa agua potable) |
La mayor parte del consumo hídrico proviene del enfriamiento de equipos durante operaciones intensivas (procesamiento de IA, renderizado, simulaciones). El almacenamiento pasivo de datos, como correos antiguos o fotos archivadas, genera un calor mínimo y suele mantenerse en discos que pueden entrar en estado de bajo consumo, por lo que su impacto en la refrigeración es marginal.
En algunos casos, el proceso de buscar, acceder y borrar masivamente datos podría incluso incrementar temporalmente la carga computacional y, con ella, el consumo energético y de agua.
El precedente internacional: no es la primera vez
El Reino Unido no está solo en este tipo de recomendaciones:
- Francia (2022): en plena crisis energética, el Ministerio de Transición Ecológica pidió a los ciudadanos limpiar sus bandejas de correo electrónico para reducir el consumo eléctrico de los servidores.
- Italia (2022): durante la sequía en la región de Lombardía, la administración local incluyó eliminar archivos de la nube como medida para “aligerar” los centros de datos.
- Japón (2021): campañas corporativas invitaron a empresas a limitar el almacenamiento de vídeos para reducir su huella de carbono.
En todos estos casos, la crítica fue la misma: el impacto directo de estas acciones sobre el consumo de agua o energía es mínimo, y las soluciones reales requieren cambios en infraestructura, eficiencia y regulación.
Las recomendaciones oficiales del Reino Unido
Además del consejo digital, el Gobierno británico incluye medidas más efectivas y respaldadas por datos para reducir el consumo doméstico:
- Instalar depósitos para recoger agua de lluvia y usarla en jardines.
- Reparar inodoros con fugas, que pueden desperdiciar entre 200 y 400 litros diarios.
- Reutilizar agua doméstica, como la empleada para lavar verduras, en el riego.
- Evitar regar el césped, que se recupera de forma natural tras periodos secos.
- Cerrar el grifo mientras se cepillan los dientes o se afeita.
- Reducir el tiempo de ducha.
El problema de fondo: la huella hídrica de la IA y la nube
El debate sobre borrar correos para ahorrar agua conecta con un desafío mucho mayor: el rápido crecimiento del consumo hídrico y energético asociado a la computación en la nube y la inteligencia artificial.
- Entrenar un modelo de IA de gran escala puede requerir millones de litros de agua, dependiendo del método de refrigeración y la ubicación del centro de datos.
- Empresas como Microsoft y Google han registrado incrementos de más del 30% en su consumo de agua entre 2021 y 2023, en parte debido a la expansión de cargas de IA generativa.
- La presión sobre recursos hídricos es especialmente preocupante en regiones donde ya hay estrés hídrico, como California, el norte de Inglaterra o zonas del Mediterráneo.
Hacia soluciones reales: tecnología y regulación
Para reducir de forma significativa el impacto hídrico de los centros de datos, las medidas pasan por:
- Migrar a refrigeración de circuito cerrado o inmersión líquida para reducir o eliminar el uso de agua potable.
- Usar agua reciclada o no potable en sistemas evaporativos.
- Optimizar la carga de trabajo, moviendo procesos de alta intensidad a horarios con menor estrés térmico o a ubicaciones con abundancia de agua.
- Integrar métricas de uso de agua en las auditorías ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) de las empresas tecnológicas.
Más que un gesto simbólico
Aunque la recomendación de borrar correos electrónicos y fotos pueda entenderse como una forma de concienciar sobre la huella ambiental del mundo digital, su impacto real es marginal. Para los expertos, el verdadero cambio vendrá de la mano de inversiones en infraestructura de refrigeración sostenible, políticas de eficiencia y normativas que obliguen a publicar y reducir la huella hídrica del sector tecnológico.
En un contexto donde la inteligencia artificial y los servicios cloud no dejan de crecer, la discusión sobre agua y tecnología apenas está comenzando.
vía: Messenger.es