Bitfarms, uno de los grandes nombres históricos de la minería de Bitcoin que cotiza en bolsa, ha decidido cambiar de juego. La compañía ha anunciado que irá apagando progresivamente sus granjas de criptomonedas entre 2026 y 2027 para reconvertirse en un proveedor de infraestructura para centros de datos de alta computación (HPC) e inteligencia artificial. El movimiento llega después de encadenar pérdidas millonarias y en pleno boom mundial de demanda de GPUs para IA.
De minar bloques a servir GPUs
El anuncio se ha hecho público junto con los resultados del tercer trimestre de 2025, en los que Bitfarms registró unas pérdidas netas de 46 millones de dólares, casi el doble que los 24 millones del mismo periodo de 2024. La compañía opera actualmente 12 centros de datos repartidos por Norteamérica, con una capacidad energética instalada de 341 megavatios (MW), diseñada originalmente para alimentar ASICs de minería de Bitcoin.
Ahora quiere reutilizar esa infraestructura eléctrica —cada vez más valiosa en un mundo hambriento de cómputo— para alojar servidores de GPU enfocados a IA generativa, modelado 3D, simulación científica y otros casos de uso de alto rendimiento.
En una declaración a medios especializados, el consejero delegado de Bitfarms, Ben Gagnon, explicó que el plan pasa por convertir uno de sus emplazamientos clave, el centro de datos de Washington (Estados Unidos), para soportar futuras GPUs Nvidia GB300 refrigeradas por soluciones de refrigeración líquida de última generación. Según el directivo, solo ese emplazamiento, orientado a un modelo de “GPU-as-a-service”, podría generar más beneficio operativo que toda la actividad histórica de minería de Bitcoin de la compañía.
La hoja de ruta comunicada a los inversores es clara: la minería de BTC se irá “apagando” de forma ordenada durante 2026 y 2027, a medida que vayan entrando en producción nuevos contratos de computación para IA.
Una cartera energética que se convierte en ventaja competitiva
El gran activo de Bitfarms no son ya los ASICs ni las granjas de minería, sino su acceso a energía relativamente barata y a gran escala. Además del sitio de Washington, la empresa ha reestructurado recientemente un crédito de 300 millones de dólares con Macquarie para destinarlo a la reconversión de su centro de datos de Panther Creek, en Pensilvania, con una capacidad potencial mínima de 350 MW.
Si se suman todos los proyectos en cartera, la compañía habla de un “pipeline energético” de unos 1,3 gigavatios (GW). En un contexto en el que gigantes tecnológicos, startups de IA y fondos de inversión compiten por cualquier megavatio disponible para desplegar GPUs, esa cifra sitúa a Bitfarms en una posición privilegiada para convertirse en actor relevante del nuevo mercado de centros de datos de IA.
La lógica empresarial es evidente:
- Los márgenes de la minería de Bitcoin se han comprimido tras el último halving de 2024, el incremento de la dificultad de minado y unos precios de BTC que no siempre acompañan.
- La IA, en cambio, paga muy bien por megavatio: grandes modelos de lenguaje, entrenamiento de sistemas de recomendación o plataformas de videojuegos en la nube necesitan ingentes cantidades de cómputo acelerado y están dispuestos a firmar contratos a largo plazo.
Para Bitfarms, se trata de pasar de una actividad extremadamente volátil y dependiente del precio del Bitcoin a otra más predecible, basada en contratos de capacidad de cómputo y alquiler de GPU a gran escala.
Un giro que llega en plena ola de reconversión del sector
Bitfarms no está sola en este movimiento. En los últimos meses, varias mineras cotizadas han comenzado a diversificar su negocio hacia la IA y el HPC. Firmas como Core Scientific, Hut 8 o IREN han anunciado acuerdos o proyectos para destinar parte de su potencia eléctrica a centros de datos orientados a IA, aprovechando sus contratos energéticos existentes y sus emplazamientos ya urbanísticamente aprobados.
También Marathon Digital (MARA), uno de los grandes del sector, ha comunicado que explorará de forma activa el negocio de IA compute como vía de crecimiento adicional.
Sin embargo, Bitfarms se convierte en uno de los primeros actores relevantes que pone fecha al fin de la minería como actividad principal y plantea, de forma explícita, un abandono casi total del minado de Bitcoin.
En la práctica, lo que se está produciendo es una reconversión de “granjas” de criptomonedas en “granjas” de inteligencia artificial. La infraestructura base —terrenos, subestaciones, líneas de alta tensión, sistemas de refrigeración, seguridad física— es muy similar. Lo que cambia es el “hardware colgado”: de ASICs especializados en SHA-256 a racks de GPU de propósito general.
Washington y Panther Creek: dos piezas clave del puzzle
Aunque la compañía no ha detallado hoja de ruta técnica al milímetro, sí ha aportado algunas pistas:
- Centro de datos de Washington
Será el primer gran banco de pruebas. El objetivo es rediseñar parte de las salas técnicas para alojar racks de Nvidia GB300 con refrigeración líquida de alta densidad, capaces de disipar varios decenas de kilovatios por rack. Este tipo de soluciones ya se están convirtiendo en estándar en los grandes centros de datos de IA de hiperescalares y startups especializadas. - Proyecto Panther Creek (Pensilvania)
Con al menos 350 MW potenciales y financiación específica gracias a la conversión del préstamo de Macquarie, este emplazamiento podría albergar, en el medio plazo, una de las mayores instalaciones privadas de GPU del mercado norteamericano, si Bitfarms consigue cerrar acuerdos de venta de capacidad con grandes clientes de IA.
La compañía insiste ante los inversores en que ya existe “demanda entrante constante” por sus emplazamientos y que el interés por su portfolio energético es elevado, precisamente porque muy pocas ubicaciones tienen permisos, potencia y conectividad listos para transformar metros cuadrados en megavatios útiles para IA en un plazo relativamente corto.
El mercado bursátil, entre la cautela y la expectativa
Pese a la narrativa de oportunidad, la reacción inicial del mercado ha sido fría. Tras el anuncio, las acciones de Bitfarms (ticker BITF) cerraron la sesión con una caída de en torno al 18 %, hasta los 2,60 dólares, y acumulan más de un 50 % de descenso en el último mes.
Parte de esa corrección tiene que ver con:
- El impacto directo de las pérdidas trimestrales.
- La incertidumbre sobre la ejecución del plan de reconversión (capex necesario, plazos, posibles retrasos regulatorios).
- El riesgo de que el ciclo de la IA no mantenga el mismo ritmo de crecimiento actual durante la próxima década.
Aun así, el movimiento se enmarca en un momento en el que los mercados empiezan a penalizar a las mineras “puras” de Bitcoin y premian a aquellas que son capaces de contar una historia de diversificación hacia IA, almacenamiento de energía o servicios de infraestructura digital.
¿Qué significa esto para el ecosistema de centros de datos?
El caso Bitfarms ilustra un fenómeno más amplio: la aparición de un nuevo tipo de jugador en el mercado de centros de datos de IA. Hasta ahora, el protagonismo estaba en manos de:
- Hiperescalares (grandes nubes públicas).
- Proveedores de colocation tradicionales.
- Fondos de infraestructuras que compran y desarrollan campus energéticos.
A este trío se suma ahora un cuarto perfil: antiguos mineros de criptomonedas que reciclan su huella energética para vender capacidad de cómputo de alto valor añadido.
Si este tipo de operaciones prospera, podrían:
- Aliviar parcialmente la escasez de energía disponible para nuevos proyectos de IA, reutilizando emplazamientos ya conectados a la red.
- Aumentar la competencia en el segmento de “GPU-as-a-service”, presionando a la baja los precios de alquiler de capacidad para startups y empresas medianas.
- Acelerar la transición de parte del sector cripto hacia modelos de negocio menos especulativos y más ligados a la economía real del dato.
Queda por ver si Bitfarms conseguirá ejecutar su plan a la velocidad necesaria y firmar contratos de computación de larga duración que den estabilidad a sus ingresos. Por ahora, el mensaje para el mercado es claro: la era dorada de la minería de Bitcoin como único negocio parece haber terminado para la compañía, y el futuro pasa por apostar fuerte por los centros de datos de inteligencia artificial.
vía: decrypt