Diablo Canyon confía en una plataforma de IA especializada para navegar entre 2.000 millones de páginas técnicas y mejorar la eficiencia operativa del sector nuclear.
En un sector tan regulado y complejo como el nuclear, donde cada intervención genera documentación técnica detallada, la gestión eficiente del conocimiento se ha convertido en un reto estratégico. Atomic Canyon, una joven startup fundada por Trey Lauderdale, ha desarrollado una solución basada en inteligencia artificial que transforma radicalmente cómo los profesionales acceden a información clave en plantas como Diablo Canyon, en California.
El proyecto no es una simple digitalización de archivos. Atomic Canyon aplica tecnologías avanzadas de procesamiento de lenguaje natural (NLP) y Retrieval-Augmented Generation (RAG) para resolver uno de los mayores cuellos de botella del sector: encontrar la documentación adecuada, de forma precisa y en segundos, dentro de un archivo que supera los 2.000 millones de páginas.
Una IA entrenada para hablar «nuclear»
A diferencia de los modelos generalistas que fallan ante terminología técnica, Atomic Canyon ha entrenado sus propios modelos de IA con la colaboración del Laboratorio Nacional Oak Ridge (ORNL). Para ello, utilizó Frontier, el superordenador más rápido del mundo, y accedió al gigantesco repositorio documental de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), que contiene más de 53 millones de páginas públicas.
La técnica de sentence embedding permite a la IA comprender contextos técnicos y asociarlos con fragmentos documentales específicos, ofreciendo resultados fiables sin caer en las llamadas “alucinaciones” típicas de modelos genéricos. Además, la integración del enfoque RAG garantiza que cada respuesta se basa en documentos reales, reforzando la trazabilidad y el cumplimiento normativo.
Un despliegue pionero con NVIDIA y PG&E
La primera implementación a gran escala de la plataforma se está realizando en la planta de Diablo Canyon, operada por Pacific Gas and Electric Company (PG&E), con apoyo de infraestructura de computación avanzada de NVIDIA. Esta colaboración no solo valida el potencial del producto, sino que marca un precedente en la transformación digital del sector energético nuclear.
Desde el inicio del acuerdo en 2024, la herramienta se ha convertido en un motor de eficiencia para técnicos, ingenieros y responsables de cumplimiento, que ahora pueden acceder a manuales, reportes y normativas en cuestión de segundos, reduciendo riesgos y mejorando la toma de decisiones.
Tecnología diseñada para humanos, no para reemplazarlos
Trey Lauderdale, ex CEO de Voalte y con experiencia previa en tecnología sanitaria, ha dejado claro que Atomic Canyon no busca reemplazar al profesional humano. En esta primera fase, la IA actúa como motor de búsqueda documental, sin intervenir en decisiones operativas. Las funciones en desarrollo, como la generación automática de títulos o borradores de informes, estarán siempre supervisadas por humanos.
“Seguimos un principio básico: el humano siempre toma la decisión final”, afirma Lauderdale. Esta filosofía garantiza que el uso de IA en un entorno de alta responsabilidad como el nuclear mantenga los más altos estándares de seguridad y control.
Financiación y hoja de ruta
La empresa ha cerrado recientemente una ronda semilla de 7 millones de dólares liderada por Energy Impact Partners, con la participación de Commonweal Ventures y Plug and Play Ventures. Esta inyección de capital permitirá seguir escalando la tecnología y mejorar las capacidades de búsqueda, referencias cruzadas y análisis documental.
Atomic Canyon ya colabora con fabricantes de reactores de nueva generación, laboratorios nacionales y otras plantas de energía nuclear interesadas en replicar el modelo. Su visión es clara: crear una infraestructura inteligente de acceso a la información técnica que sea tan confiable como segura.
Hacia una infraestructura de conocimiento nuclear aumentada por IA
En plena era de aceleración energética, impulsada por la demanda de cómputo asociada a la inteligencia artificial, Atomic Canyon se posiciona como un actor clave en la digitalización de un sector históricamente conservador. La empresa demuestra que aplicar IA de forma responsable y específica, con modelos entrenados para entender el dominio técnico, no solo es posible, sino imprescindible para avanzar hacia una energía nuclear más ágil, segura y eficiente.
Más allá de ser un buscador inteligente, Atomic Canyon aspira a convertirse en el cerebro documental de las operaciones nucleares del siglo XXI. Su caso es una muestra de cómo el futuro de la energía también se juega en los algoritmos.