El posible adiós de Johny Srouji, máximo responsable de Apple Silicon durante la última década, ha encendido las alarmas en el ecosistema tecnológico. Según ha adelantado Bloomberg, el histórico arquitecto de chips habría hablado con Tim Cook sobre su intención de abandonar la compañía en los próximos años, un movimiento que, de confirmarse, podría reconfigurar el corazón técnico de Apple.
No se trata de un directivo cualquiera. Srouji es, desde 2014, el cerebro organizador detrás de todos los procesadores que hoy sostienen la estrategia de producto de Apple: desde los A-series para iPhone y iPad hasta los M-series para Mac y los SoC de Apple Watch y Vision Pro.
El hombre que convirtió el “silicio” en ventaja competitiva
Apple llevaba años diseñando componentes internos, pero el cambio de era llegó con la primera generación Apple Silicon:
- Chips A-series para iPhone y iPad, afinados para iOS y iPadOS.
- Transición completa del Mac a procesadores M-series, culminada en 2023 y basada íntegramente en arquitectura ARM propia.
- Integración de GPU, NPU, controladores de memoria, motores multimedia y aceleradores de IA en un único SoC altamente optimizado.
En esa transformación, Srouji ha ejercido algo más que de “jefe de chips”. Bajo su paraguas se alinean varias áreas críticas:
- Dirección de CPU y GPU (microarquitectura, núcleos de alto rendimiento y alta eficiencia).
- Aceleradores de IA / NPU que hoy sostienen muchas funciones de machine learning en iOS, macOS y visionOS.
- Estrategia de empaquetado y memoria unificada, clave en el rendimiento de los M1, M2 o M5.
- Relación con TSMC y el roadmap de nodos (3 nm actuales, transición futura a 2 nm, etc.).
Apple funciona como una empresa “fabless”: diseña sus chips, pero los fabrica en TSMC y otros socios. Esa arquitectura organizativa exige una figura que entienda a la vez producto, diseño de silicio y límites de la fabricación avanzada. Ese punto de convergencia, hoy, es Johny Srouji.
Un modelo organizativo muy especializado… con un solo “nodo central”
La organización de Apple Silicon está basada en equipos muy especializados (CPU, GPU, NPU, memoria, empaquetado, verificación, software bajo nivel…) coordinados por una única autoridad técnica que marca prioridades y plazos.
Aunque Srouji cuenta con pesos pesados a su alrededor —como responsables de arquitectura de CPU o de integración de SoC—, ningún otro perfil abarca simultáneamente:
- Diseño de CPU y GPU.
- Aceleradores específicos (IA, vídeo, imagen).
- Estrategia de empaquetado avanzado (SoC, MCM, memoria unificada).
- Negociación de nodos con TSMC (3 nm, 2 nm, roadmap de capacidad y costes).
Si finalmente se marcha, Apple seguiría teniendo un ejército de ingenieros brillantes y una maquinaria de ejecución envidiable, pero perdería el “orquestador” que mantiene alineados:
- Los ciclos de producto del iPhone, Mac, iPad y Vision Pro.
- Las decisiones de qué nodo usar en cada generación (por rendimiento, coste y yield).
- El equilibrio entre eficiencia energética, potencia bruta, IA en el dispositivo y presupuesto térmico.
En un contexto donde cada generación de SoC condiciona años de diseño de producto, software y marketing, esa figura de coordinación no es fácil de reemplazar.
El momento no puede ser más delicado
La posible salida de Srouji llega en un punto especialmente sensible para Apple:
- Competencia extrema en silicio: Qualcomm, MediaTek, Samsung y varios diseñadores chinos están pisando fuerte con SoC centrados en IA, mientras en servidores NVIDIA, AMD e incluso startups de RISC-V disputan el futuro de la computación de alto rendimiento.
- Presión por la IA en el dispositivo: Apple ha empezado a desplegar funciones de IA generativa y asistentes avanzados sobre Apple Silicon; cada generación de NPU necesitará saltos muy relevantes para no quedarse atrás frente a PCs de IA con chips x86/ARM más agresivos.
- Nodos de fabricación cada vez más complejos y caros: los 3 nm actuales y el futuro 2 nm exigen decisiones finas de coste, rendimiento y capacidad fabril, en un contexto donde TSMC, Samsung y (en menor medida) Intel Foundry Services se disputan a los grandes clientes.
Sin un liderazgo de silicio claro, el riesgo no es que Apple “deje de saber hacer chips”, sino que pierda parte de la sincronía estratégica que ha hecho tan redondo su ecosistema: hardware, sistema operativo y servicios evolucionando al mismo ritmo.
¿Puede Apple absorber el golpe?
La historia reciente demuestra que Apple ha sobrevivido a salidas de primer nivel —desde Jony Ive hasta Dan Riccio cambiando de rol— gracias a una cultura muy fuerte de ingeniería y a una estructura que evita depender de una sola persona. Es razonable pensar que no improvisará con algo tan crítico como la sucesión de Srouji.
Algunas claves a vigilar si su salida se confirma:
- ¿Continuidad interna o fichaje externo?
Lo más lógico sería una sucesión interna, con alguien que lleve años en el equipo de silicio y que ya participe en las decisiones con TSMC y el roadmap de nodos. - Reparto de responsabilidades
Apple podría fragmentar el rol en varias VP: CPU/GPU, IA/ML en silicio, empaquetado y relación con foundries, reduciendo el peso de una sola figura omnipresente. - Señales en el roadmap
Retrasos en nuevas generaciones de M-series o A-series, cambios en la cadencia de nodos o movimientos inesperados (como diversificar fabricación fuera de TSMC) serían indicadores de que la transición no está siendo trivial.
Más allá de Apple: impacto en la industria
La influencia de Srouji ha ido más allá de Cupertino. El éxito de Apple Silicon ha:
- Presionado a Intel y AMD a acelerar sus propias hojas de ruta de eficiencia y núcleos “little/big”.
- Impulsado a otros fabricantes a tomarse en serio los diseños ARM de alto rendimiento en portátiles y sobremesa.
- Consolidado la idea de que el futuro pasa por SoC fuertemente integrados: CPU, GPU, NPU y memoria de alta velocidad en un único paquete.
Si abandona Apple, no sería extraño verlo como pieza clave en otro actor del ecosistema (una foundry, una gran tecnológica o incluso una startup de silicio para IA). Su conocimiento de diseño, empaquetado y negociación de nodos es exactamente lo que buscan muchas empresas que quieren competir en la nueva ola de procesadores para IA, edge y cloud.
Un aviso sobre cuánto depende Apple de su silicio
Más allá de la anécdota de nombres y despachos, el posible adiós de Johny Srouji recuerda algo esencial: hoy Apple ya no es solo una empresa de dispositivos y servicios; es también, y sobre todo, una compañía de silicio propio.
Perder a quien ha sido su “dirección de orquesta” en chips durante una década no significa un colapso inmediato, pero sí obliga a demostrar que el modelo es resiliente y que la innovación en Apple Silicon no dependía en exceso de una sola firma en el organigrama.
Los próximos movimientos de Tim Cook y el equipo de hardware dirán si esta transición se convierte en una nota a pie de página… o en el punto de inflexión de la estrategia de procesadores que ha sostenido el éxito de Apple en los últimos años.