5 formas para crear una ciudad inteligente gracias a la nube

ciudad inteligente

Aunque las ciudades inteligentes han sido una gran promesa durante muchos años, es ahora cuando están dando sus frutos. Esto se ha logrado porque ahora contamos con la conectividad de redes, con la infraestructura de almacenamiento y con el procesamiento informático necesarios para extraer todo su potencial, lo que nos permite augurar un magnífico futuro para municipios y gobiernos, además para los ciudadanos, cuyos trabajos y vidas diarias se ven facilitados por las ciudades conectadas.

AWS muestra 5 formas que permiten el desarrollo de unas ciudades inteligentes, gracias al uso de la nube, para facilitar así el futuro con unas urbes más eficientes y colaborativas.

1. La nube ayuda a extraer todo el potencial de las ciudades inteligentes

Una nube robusta es esencial para el desarrollo de unas ciudades inteligentes y colaborativas. Para decirlo claramente, el uso de la nube hace posible la puesta en marcha de unas ciudades inteligentes.  Esto es especialmente importante a medida que, con toda probabilidad, las ciudades generen petabytes de datos cada mes.

Toda esta información necesita ser almacenada de forma segura y, por ello, la escalabilidad de una solución en la nube reduce las constantes mejoras de la capacidad de almacenamiento que se precisan para hacer frente a la constante incorporación de datos. La misma importancia tiene la analítica en la nube, que permite el análisis de una gran cantidad de información en tiempo real en un entorno urbano necesario para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos.

“Un ejemplo importante de esto lo vemos en Chicago, que ha sido una de las primeras ciudades en instalar sensores en sus calles para medir constantemente la calidad del aire, la intensidad lumínica, el volumen sonoro, el calor, las precipitaciones, el aire y el tráfico”, ha comentado Giulio Soro, Smart City Solutions Architect en Amazon Web Services. “Los datos de estos sensores se transmiten a la nube, donde se analizan para encontrar formas para mejorar la vida de los ciudadanos. Los datos recopilados y generados por la ‘Red de las Cosas’ (‘Array of Things’) de Chicago se ponen a disposición del público general en la nube para su uso por parte de investigadores, desarrolladores y emprendedores, con el fin de explorar nuevas e innovadores formas de analizar dicha información.

Para los municipios que desean explorar la puesta en marcha de una ciudad inteligente, un escenario habitual de ciudad inteligente habilitada con tecnología para Internet de las Cosas (IoT) incluye el despliegue de numerosos sensores y sondas conectados por toda la ciudad para recopilar información. El problema con este enfoque es que se precisa una importante inversión en sensores especializados. Asimismo, los gobiernos deberían animarse a considerar el uso de otras alternativas que pueden emplearse para hacer realidad cualquier tipo de ciudad.

2. Aprovechamiento de los recursos existentes

Una de dichas alternativas podría ser el uso de sensores ya existentes y que las ciudades podrían tener instalados. Un ejemplo del funcionamiento de este tipo de tecnología lo observamos en el aparcamiento inteligente, en donde las personas pueden usar una app móvil para ver las plazas de aparcamiento disponibles en un espacio próximo  cuando circulan por una ciudad.

EYSA, la compañía española especializada en soluciones de movilidad integradas, ha desarrollado ParkXplorer, una plataforma de movilidad para ciudades inteligentes diseñada para gestionar el aparcamiento municipal en superficie, que ofrece una solución innovadora y eficiente en el campo de la movilidad urbana.  Esta aplicación se vale de la nube para conectar parquímetros, smartphones, sensores de aparcamiento, equipos móviles de los controladores y otros dispositivos del ecosistema del aparcamiento para proporcionar un servicio de aparcamiento mejorado y simplificado a los ciudadanos de 60 ciudades de España con una población de más de 4 millones de habitantes, gestionando más de 150.000 plazas de aparcamiento.

ParkXplorer usa las tecnologías de Big Data para recopilar, integrar y procesar la información generada por todos los elementos del ecosistema y proporciona unas repuestas accionables en tiempo real para maximizar la gestión de recursos y para optimizar el trabajo de back office. Esta plataforma se ha desarrollado desde cero en la nube de AWS, lo que le permite ser completamente flexible y escalable para responder automáticamente a las variaciones de la actividad.  Gracias a la nube, ParkXplorer facilita, agiliza e incrementa la eficiencia a la hora de encontrar aparcamiento.

3. Información desde todos los lugares

Otra manera de aprovechar la infraestructura existente es a través de la instalación de sensores de bajo coste y consumo en autobuses o farolas para, por ejemplo, convertirlos en dispositivos recopiladores de información. De esta manera, en una gran ciudad como Londres, los autobuses equipados con sensores pueden recopilar datos mientras recorren la ciudad, para obtener información como el flujo de tráfico, los niveles de CO2, la temperatura y los niveles de ruido. Con la analítica en la nube podemos extrapolar y analizar esta información para determinar dónde tienen lugar atascos o accidentes o los lugares donde la contaminación está aumentando hasta niveles poco saludables, para informar de ello a los ciudadanos a través de apps móviles. A menudo hablamos de las ciudades como entidades vivas que respiran y estas tecnologías nos permiten obtener una radiografía de su entorno en tiempo real.

“El transporte público terrestre de España, que utilizan millones de personas cada día, se puede emplear de una forma parecida”, añadió  Soro, “recopilando información sobre el flujo de tráfico y otros datos, tanto durante determinadas horas del día como en días específicos de la semana”.

4. Externalización de la innovación

Los sensores no son el único mecanismo para el uso de la nube como instrumento para fomentar el desarrollo de una ciudad más inteligente y colaborativa, porque estos objetivos también se pueden conseguir con la publicación de datos abiertos (disponibles de forma libre para todo el mundo). Volviendo al ejemplo de Chicago, esta ciudad publica una hoja de cálculo de Excel con la fecha, la descripción y las coordenadas de GPS de las calles que se van a limpiar. En Chicago, los coches aparcados en estas calles son retirados y sus propietarios reciben una sanción si los dejan allí aparcados. Teniendo esto presente, unos desarrolladores independientes utilizaron la mencionada información para crear una app que permite a los usuarios ver las calles que van a ser limpiadas, recibiendo una alerta a través del correo electrónico por si viven o trabajan en esa área.

Una de las mayores ventajas de compartir este tipo de información es que motiva a los desarrolladores o a las pequeñas empresas a diseñar sus propias apps, que posteriormente pueden vender por una pequeña cuota o pueden generar ingresos mediante la incorporación de publicidad. De esta forma, se impulsa el desarrollo de un ecosistema de apps que fomenta la innovación constante. En estos momentos, ya estamos viendo casos que muestran esta externalización de la innovación.

A modo de ejemplo, podemos hablar del caso del ayuntamiento de Peterborough en Reino Unido, que ha instalado estaciones meteorológicas en los colegios en toda la ciudad.  Estos sensores se utilizan de forma simultánea para monitorizar la actividad climática y meteorológica. Los datos generados por estas instalaciones se pueden usar a todos los niveles en educación y para otros fines, desde ciencia y tecnología a estudios sobre la conducta social, sirviendo de apoyo para las asignaturas que se imparten en los colegios locales y fomentando  el aprendizaje con datos obtenidos en tiempo casi real.

El ayuntamiento también observó que, ofreciendo públicamente los datos obtenidos en estas estaciones meteorológicas y permitiendo su uso por parte los desarrolladores, se soluciona el problema de la escasez de desarrolladores dentro del propio ayuntamiento. Compartir la información de este modo tiene grandes beneficios. Por ejemplo, si se comparten los datos obtenidos de estaciones meteorológicas y los de las admisiones en los hospitales, una ciudad puede determinar si la caída de la temperatura por debajo de un cierto nivel puede correlacionarse con las admisiones en centros hospitalarios en un momento particular del año para y, de esta forma, adoptar las medidas de precaución necesarias.

5. Los ciudadanos se convierten en desarrolladores de apps gracias al uso de datos abiertos

Una ciudad verdaderamente inteligente es un lugar colaborativo que no solo tiene sensores que acumulan datos, sino que también cuenta con ciudadanos participativos que usan esta información para incorporarla a sistemas que beneficien a otras personas.

Es evidente que ciudades inteligentes y cloud computing es una combinación magnífica: las ciudades inteligentes están en constante evolución y se adaptan a las necesidades de los clientes y la nube puede adaptarse rápidamente a las necesidades en constante evolución de sus usuarios.

Los gobiernos y los municipios no deberían pensar únicamente sobre las ciudades inteligentes en términos de instalación de sondas y sensores para recolectar información. Por el contrario, deberían centrarse más en el reequipamiento de las infraestructuras existentes para que sirvan de ayuda en la recopilación de datos.

Las ciudades deberían también considerar a los ciudadanos no solo como elementos recopiladores de información, sino como creadores de las aplicaciones, usando para ello datos abiertos. Posteriormente, la información ofrecida puede analizarse usando tecnologías seguras en la nube, como las que ofrece Amazon Web Services. De esta forma, no solo se beneficia  a la ciudad sino que, al mismo tiempo, se cumple con los objetivos de la ciudad inteligente para proporcionar unos estándares de vida más altos.

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