La compañía desplegará siete fábricas en Texas y Utah, con el apoyo de empresas como Apple, Ford, NVIDIA y SpaceX

Texas Instruments (TI) ha anunciado esta semana una ambiciosa inversión superior a los 60.000 millones de dólares para ampliar su capacidad de producción de semiconductores en Estados Unidos. Se trata de la mayor inversión en la historia del país en la fabricación de chips analógicos y de procesamiento embebido, componentes fundamentales en sectores como automoción, electrónica de consumo, sanidad, inteligencia artificial y conectividad satelital.

Con esta medida, TI busca consolidar su liderazgo como mayor fabricante de semiconductores “fundacionales” en EE.UU., al tiempo que responde a la creciente demanda global en un contexto de tensiones geopolíticas, reindustrialización y estrategias de soberanía tecnológica lideradas por la administración de Donald Trump.

Un plan con visión a largo plazo: siete fábricas y más de 60.000 empleos

El ambicioso plan contempla la construcción y ampliación de siete fábricas (fabs) en tres mega emplazamientos industriales situados en Sherman y Richardson (Texas), y Lehi (Utah). En conjunto, estos centros industriales permitirán la fabricación de cientos de millones de chips al día y apoyarán más de 60.000 empleos en territorio estadounidense, tanto directos como indirectos.

El sitio más importante es el de Sherman, Texas, donde TI está construyendo cuatro fábricas. Las dos primeras, SM1 y SM2, ya están en desarrollo, mientras que las futuras SM3 y SM4 han sido anunciadas para responder a la demanda prevista a medio y largo plazo. En total, solo este emplazamiento podría absorber hasta 40.000 millones de dólares de inversión.

Richardson alberga la segunda fábrica de TI en esta ciudad, conocida como RFAB2, que complementa la histórica RFAB1, pionera mundial en producción de chips analógicos en obleas de 300 mm. En Lehi, Utah, la empresa está acelerando la producción en LFAB1 y construyendo LFAB2, ambas conectadas para optimizar la eficiencia y la escalabilidad.

Una apuesta alineada con los grandes actores del sector tecnológico

La expansión de Texas Instruments ha contado con el respaldo explícito de grandes multinacionales que dependen de sus chips para innovar en sus respectivas áreas. Apple, Ford, Medtronic, NVIDIA y SpaceX han confirmado su compromiso con la estrategia de TI y subrayan la importancia de disponer de una cadena de suministro nacional robusta.

Tim Cook, CEO de Apple, declaró que los chips fabricados por TI en EE.UU. “dan vida a los productos de Apple” y valoró la colaboración como una forma de crear empleo, fomentar la innovación y reforzar la manufactura avanzada.

Jim Farley, presidente y CEO de Ford, destacó que el 80 % de sus vehículos vendidos en EE.UU. se ensamblan en el país, y que su colaboración con TI ayudará a garantizar el suministro estable de componentes críticos para la movilidad del futuro.

En el sector sanitario, Medtronic se ha apoyado en TI para garantizar el abastecimiento de semiconductores durante la crisis global de chips, elemento clave en el desarrollo de tecnologías médicas avanzadas. Su presidente, Geoff Martha, resaltó el papel de TI en asegurar continuidad y permitir la innovación a gran escala.

NVIDIA, por su parte, trabaja con TI para impulsar la infraestructura de inteligencia artificial avanzada. Jensen Huang, CEO de NVIDIA, señaló que ambas empresas comparten el objetivo de “revitalizar la manufactura estadounidense” y colaborar en productos clave para la próxima generación de arquitecturas de IA.

SpaceX, que fabrica decenas de miles de kits Starlink al día, también ha apostado por los semiconductores de TI fabricados en EE.UU. para asegurar conectividad global mediante redes satelitales de alta velocidad. Según Gwynne Shotwell, presidenta y COO de SpaceX, los chips de TI ofrecen el rendimiento y la fiabilidad necesarios para responder a una demanda mundial creciente.

Apoyo institucional y estrategia nacional

Desde el Departamento de Comercio estadounidense, el secretario Howard Lutnick celebró el anuncio como un pilar de la estrategia nacional para reindustrializar el país. “TI es una empresa emblemática del país. Esta inversión refleja el compromiso del presidente Trump con el fortalecimiento de la capacidad de fabricación nacional, especialmente en sectores esenciales como los semiconductores”, afirmó.

En línea con esta estrategia, la administración estadounidense está intensificando su apuesta por recuperar el liderazgo en la fabricación de chips, frente a la creciente competencia global, especialmente de Asia. Este impulso se enmarca en un contexto de creciente desconfianza hacia China, restricciones comerciales cruzadas y una tendencia hacia la relocalización industrial (reshoring).

Una inversión que apunta al futuro de la tecnología

Texas Instruments no solo busca responder a la demanda actual, sino sentar las bases para los próximos 50 años de innovación electrónica. Con sus nuevos centros, TI fabricará chips que estarán presentes en dispositivos de uso diario —como smartphones, vehículos o electrodomésticos—, pero también en tecnologías de vanguardia como sistemas de IA, centros de datos y plataformas espaciales.

“Estamos construyendo capacidad fiable y a bajo coste sobre obleas de 300 mm para entregar los chips analógicos y de procesamiento embebido que son esenciales para casi todos los sistemas electrónicos”, explicó Haviv Ilan, presidente y CEO de TI.

La estrategia de la compañía refuerza su legado de casi un siglo en la industria, con una apuesta por la fabricación local, la innovación constante y la eficiencia energética, elementos clave en una industria que se prepara para escalar a ritmos nunca vistos.

Con este movimiento, Texas Instruments se consolida como uno de los actores más relevantes del renacimiento industrial estadounidense, en un momento donde la soberanía tecnológica se ha convertido en un asunto de seguridad nacional.

Fuente: Texas Instrument