Telegram ha alcanzado un nuevo hito en su trayectoria al superar los 1.000 millones de usuarios activos mensuales, consolidándose como una de las aplicaciones de mensajería más influyentes del planeta. El anuncio fue realizado por su fundador, Pavel Durov, a través de su canal oficial en la propia plataforma, y confirma la escalada imparable de una app que nació con un objetivo claro: proteger la privacidad en un entorno digital cada vez más vigilado.
Un crecimiento que refleja la evolución del usuario
El anuncio, realizado en marzo de 2025, también revela datos sobre el comportamiento de los usuarios. De media, cada persona accede a Telegram unas 21 veces al día y pasa cerca de 41 minutos dentro de la aplicación. Estas cifras evidencian una conexión profunda entre la herramienta y su comunidad global.
Telegram no solo ha crecido en usuarios, sino también en ingresos. En 2024, la compañía generó beneficios por valor de 547 millones de dólares, consolidando su modelo de negocio sin necesidad de depender exclusivamente de publicidad invasiva o recopilación de datos. Parte de ese éxito se debe al lanzamiento de Telegram Premium, que aporta ingresos sin comprometer las funciones clave que han hecho famosa a la plataforma.
De disidente digital a líder mundial
El recorrido de Pavel Durov, también conocido como el “Zuckerberg ruso”, ha sido todo menos convencional. Fundó Telegram en 2013 junto a su hermano Nikolái, tras abandonar Rusia por presiones del Kremlin cuando dirigía la red social VKontakte (VK). Su negativa a entregar datos de usuarios y colaborar con el gobierno lo convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad digital.
Desde entonces, Telegram ha evolucionado como una plataforma independiente, con sede en Dubái y registrada legalmente en las Islas Vírgenes Británicas. Esta estructura garantiza su autonomía frente a gobiernos y grandes corporaciones, una de las banderas que más enarbola Durov.
Una propuesta diferencial en un mercado saturado
En un ecosistema dominado por WhatsApp y otras apps de mensajería, Telegram ha logrado marcar distancia gracias a su enfoque en la seguridad, la flexibilidad y la innovación constante. Su sistema de cifrado, la posibilidad de enviar archivos sin límite de tamaño, los chats secretos, los canales multitudinarios y los bots personalizables son solo algunas de las herramientas que la han convertido en favorita para millones de usuarios.
Además, la aplicación se actualiza con frecuencia, añadiendo funciones solicitadas por la comunidad, lo que refuerza su reputación como un entorno en evolución y abierto al feedback.
Desafíos legales y tensiones con gobiernos
Sin embargo, su compromiso con la privacidad ha generado fricciones con distintos gobiernos. Telegram ha sido bloqueada, aunque sea temporalmente, en países como Rusia, Irán, China, Brasil o, más recientemente, España. En este último caso, la Audiencia Nacional ordenó su bloqueo tras una denuncia por difusión de contenidos con derechos de autor.
Pavel Durov también ha sido protagonista de titulares por motivos legales. En 2024 fue detenido en Francia por una investigación relacionada con el uso de la plataforma para actividades delictivas, aunque posteriormente fue liberado y autorizado a volver a Dubái.
Lo que viene: descentralización, blockchain y expansión
Durov ha señalado en varias ocasiones que Telegram aún está en una fase temprana de su potencial. Entre los planes de futuro, se baraja una mayor integración con tecnologías descentralizadas, como blockchain, y el desarrollo de nuevas funciones que amplíen el ecosistema de la app más allá de la mensajería.
Proyectos como TON, la red blockchain inicialmente impulsada por Telegram, y sus futuras aplicaciones podrían marcar el siguiente capítulo en la evolución de la plataforma. Aunque los retos regulatorios no han sido menores, el interés de la compañía en este ámbito sigue vivo.
Un modelo que desafía el status quo
En un momento en que la concentración de poder en el sector tecnológico genera inquietud, Telegram ofrece un enfoque alternativo. Frente a los modelos comerciales centrados en la explotación masiva de datos personales, Durov propone una plataforma robusta, con control del usuario y libre de interferencias externas.
“Estamos solo comenzando”, dijo recientemente, sugiriendo que el futuro de Telegram será tan ambicioso como disruptivo. Lo que empezó como un proyecto de resistencia se ha transformado en un actor central del panorama digital global. La cifra de 1.000 millones de usuarios no solo es un número: es la confirmación de que millones de personas buscan una alternativa distinta. Y, por ahora, la han encontrado en Telegram.
Fuente: Noticias messenger