La IA no es un gasto, es un activo estratégico: así debe repensar la nube en 2026
La creciente complejidad de la nube actual obliga a reconsiderar dónde debe situarse la inteligencia tecnológica, cómo generar confianza en los sistemas que influyen en nuestra vida diaria y qué implica construir infraestructuras verdaderamente sostenibles en plena era de la inteligencia artificial. Lejos de tratarse de una mera exigencia empresarial, la necesidad de justificar el retorno de inversión (ROI) en proyectos de IA abre la puerta a modelos más eficientes y responsables. Las previsiones de Akamai para 2026 no solo señalan nuevas tendencias tecnológicas, sino que reflejan un cambio profundo en la manera de entender la relación entre usuarios, máquinas y confianza en un entorno cada vez más dominado por la inteligencia digital. El imperativo del ROI de la IA