
Intel sopesa vender hasta el 49 % de su negocio de fundición: dinero fresco, control político y un mercado que no aplaude
Intel vuelve a estar en el centro del tablero. La compañía estudia fórmulas para dar aire a Intel Foundry Services (IFS), su negocio de fabricación de obleas, y una de ellas —la que más ruido está generando— pasa por vender hasta el 49 % de la filial a inversores externos. Sobre la mesa no aparece una salida a bolsa inmediata ni una escisión total, y la razón no es solo financiera: Washington exige que Intel conserve el 51 % de control en un plazo de cinco años o se activarán cláusulas de penalización. Entre la necesidad de capital, la vigilancia del Gobierno y un apetito inversor mucho más tibio de lo que el gigante de Santa Clara esperaba, IFS avanza