SIMBOX, módems y millones de SMS al día: la infraestructura oculta tras una gran red de ciberestafas en España
La operación “Mosenik” de la Guardia Civil ha puesto el foco en algo que rara vez se ve con tanta claridad: la capa de infraestructura tecnológica que sostiene muchas de las grandes campañas de smishing y llamadas fraudulentas que sufren usuarios y empresas. Detrás de esas llamadas que se hacen pasar por la Policía Nacional o el Banco de España no había solo un “call center pirata”, sino una plataforma industrial de telecomunicaciones diseñada para explotar al máximo la red móvil. Más allá de la crónica policial, el caso es un ejemplo contundente de cómo el hardware de telecomunicaciones profesional —SIMBOX, módems GSM, tarjetas SIM a gran escala— puede ser reutilizado como “motor” de ciberestafas masivas. Una fábrica de fraude