Cargadores con cable USB-C desmontable y etiquetas de potencia: así será el nuevo estándar obligatorio en la UE a partir de 2028
La Unión Europea da un paso más en su estrategia del “cargador común”. A partir de 2028, los adaptadores de corriente que se comercialicen en el mercado comunitario —los clásicos “ladrillos” y transformadores de pared— deberán suministrarse con cables USB-C desmontables y, además, los cables USB-C tendrán que incorporar etiquetas visibles con su potencia máxima. La intención es doble: asegurar una interoperabilidad real entre dispositivos y cargadores, y reducir tanto la confusión del usuario como los residuos electrónicos. Lejos de ser un gesto cosmético, el cambio aterriza en el terreno más práctico del ecosistema USB-C: el cable y la fuente de alimentación. Dos piezas que, si no están bien especificadas, convierten la experiencia de carga en una lotería. Con las