
La transición al 6G pone a prueba la ciberseguridad global: retos técnicos, políticos y estratégicos
La carrera hacia la sexta generación de redes móviles (6G), prevista para desplegarse a partir de 2030, no solo abre nuevas oportunidades en conectividad y aplicaciones inteligentes, sino que también plantea serios desafíos en materia de ciberseguridad global. Gobiernos, operadores y empresas tecnológicas se enfrentan a un escenario donde la sofisticación tecnológica se entrelaza con una creciente fragmentación geopolítica y amenazas cibernéticas más complejas. Un salto tecnológico sin precedentes Las redes 6G prometen velocidades de transmisión hasta 100 veces superiores a las del 5G, una latencia ultra baja (del orden de microsegundos) y una capacidad de conexión masiva que permitirá una verdadera expansión del Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial distribuida y las experiencias inmersivas en tiempo real.