SoftBank lleva años acostumbrando al mercado a movimientos que mezclan visión tecnológica, grandes titulares y una tolerancia al riesgo difícil de encontrar en una corporación cotizada. Pero lo más llamativo de su última gran ofensiva no es solo el tamaño de la apuesta por la Inteligencia Artificial, sino el “cómo” se está financiando: con Arm como garantía.
El 11 de noviembre de 2025, en la presentación a inversores de SoftBank, apareció una diapositiva que explica mucho de lo que está ocurriendo: la compañía había ampliado una línea de préstamo con garantía (margin loan) respaldada por acciones de Arm hasta 20.000 millones de dólares, con 8.500 millones ya dispuestos y 11.500 millones disponibles, en una operación en la que participaron 33 entidades financieras.
Para un lector técnico, la clave no es el titular, sino el mecanismo: Arm no es solo una joya estratégica; es colateral. Y eso introduce una dinámica de riesgo distinta a la de una inversión “clásica” en capital.
Qué es exactamente un “margin loan” con acciones de Arm
Un margin loan es, simplificando, un préstamo donde el prestatario entrega un activo líquido (acciones) como garantía. Mientras el valor del colateral se mantenga por encima de ciertos umbrales, el préstamo se sostiene sin sobresaltos. Si el precio cae con fuerza, el prestamista puede exigir más garantías o amortización parcial: la temida margin call.
En el caso de SoftBank, el activo clave es Arm: una empresa de arquitectura de chips con un modelo de licencias que la hace central en el ecosistema tecnológico, especialmente en movilidad y, cada vez más, en servidores y edge. Convertir un activo así en garantía tiene lógica desde el punto de vista financiero… pero también crea un punto de presión: la volatilidad bursátil de Arm deja de ser “solo” un gráfico y pasa a tener consecuencias operativas.
Por qué ahora: la factura de la IA se paga con capital… y con deuda
SoftBank anunció en abril de 2025 un acuerdo de follow-on investment en OpenAI de hasta 40.000 millones de dólares, con intención de sindicar 10.000 millones a coinversores, lo que dejaría el compromiso “efectivo” de SoftBank en hasta 30.000 millones. El esquema incluía un primer cierre en abril de 2025 (10.000 millones) y un segundo cierre en diciembre de 2025 (hasta 30.000 millones), condicionado a que OpenAI complete ciertos cambios societarios (“funding conditions”) dentro de 2025 (o, en algunos escenarios, a inicios de 2026).
Hasta aquí, la película es la conocida: grandes rondas, sindicatos de inversión, estructuras convertibles, etc. La novedad es que el propio SoftBank ha explicado cómo se alimenta parte de esa caja: además de financiación bancaria, aparece el componente Arm como respaldo.
En la presentación de noviembre, SoftBank detalla que la ampliación del margin loan con acciones de Arm está conectada con la financiación de su despliegue inversor, incluyendo el movimiento alrededor de OpenAI.
La obsesión de Son: el cuello de botella ya no es el software, es la infraestructura
Más allá de la ingeniería financiera, hay una tesis tecnológica bastante coherente detrás: los modelos avanzados no escalan solo con talento y datos; escalan con chips, energía y centros de datos.
Ese argumento aparece también en la narrativa corporativa: SoftBank enmarca la necesidad de “computing power” como condición para el avance de los modelos, y vincula esa visión con el llamado “Stargate Project” para infraestructura dedicada de IA en EE. UU., anunciado junto a OpenAI (y, en su comunicación a inversores, también con Oracle en el contexto del proyecto).
Para un medio tecnológico, esto importa porque describe una tendencia clara del sector: se está pasando de “IA como software” a IA como sistema industrial, donde el suministro eléctrico, la cadena de chips y la logística del cómputo determinan quién puede entrenar, desplegar e iterar modelos a escala.
El mapa de piezas: Arm, Ampere, OpenAI… y el coste de la verticalización
En la misma presentación, SoftBank menciona también inversiones relevantes como la adquisición de Ampere Computing por 6.500 millones de dólares, un actor asociado al mundo de CPUs en torno a Arm para servidores.
Visto desde fuera, el patrón se entiende: si Arm es “la arquitectura”, Ampere encaja como “ejecución en hardware de servidor”, y OpenAI como “capa de modelos y productos”. No significa que todo sea una integración directa (cada pieza tiene su autonomía y sus mercados), pero sí se aprecia la intención de tocar varias capas del stack: desde IP de silicio y cómputo, hasta modelos y despliegue.
El punto delicado: concentración y sensibilidad al precio de Arm
SoftBank también aporta un dato que ayuda a dimensionar el nivel de dependencia: en su reporte, el grupo muestra que Arm representa una parte muy sustancial de su “equity value of holdings” ajustado (una manera de expresar el peso de los activos en su NAV).
Y a la vez, la compañía presume de disciplina de balance: reporta un LTV (Loan-to-Value) del 16,5% a 30 de septiembre de 2025 y reitera su política de mantenerlo por debajo del 25% en condiciones normales.
El matiz técnico es importante: un LTV corporativo “sano” no elimina el riesgo específico de un margin loan. Son capas distintas. Puedes tener un grupo con LTV global moderado y, aun así, sufrir tensiones si el colateral de una línea concreta cae con rapidez y obliga a responder en el corto plazo.
En castellano llano: no es lo mismo estar apalancado “en promedio” que tener un activo concreto (Arm) convertido en gatillo potencial de llamadas de margen.
Qué debería vigilar el mercado en las próximas semanas
Para quien sigue el sector desde la óptica de sistemas, infraestructura o semiconductores, hay tres señales que suelen anticipar si una historia así se complica o se consolida:
- Volatilidad y tendencia del precio de Arm, porque es el colateral. Si Arm entra en una fase de corrección brusca, el riesgo de tensiones aumenta (aunque SoftBank tenga margen para gestionar garantías).
- Ejecución del segundo cierre de la inversión en OpenAI y el cumplimiento de las condiciones societarias descritas por SoftBank para su estructura de inversión.
- Capacidad de sindicación y diversificación de fuentes de financiación: cuanto más se reparta el esfuerzo financiero (coinversores, deuda en mejores términos, etc.), menos presión se concentra sobre una sola palanca.
Un movimiento que revela el nuevo tablero tecnológico
La lectura de fondo no es si “saldrá bien o mal” (eso lo decidirán mercado y ejecución), sino qué está señalando SoftBank: la IA avanzada se está pareciendo cada vez menos a una carrera de features y más a una carrera de capacidad industrial.
Y ahí Arm aparece como una pieza crítica, no solo por lo que representa técnicamente, sino porque, en este momento, está funcionando también como soporte financiero del plan.
🚨 SOFTBANK'S $20 BILLION SECRET
— Shanaka Anslem Perera ⚡ (@shanaka86) December 27, 2025
In 4 days, the largest margin loan in tech history either funds—or implodes.
On Nov 11th 2025, SoftBank quietly disclosed they've pledged $8.5 BILLION against Arm shares.
$11.5B more available.
33 banks participating.
Nobody's talking about… pic.twitter.com/G7hZnr8Fsg