En pleno auge de la inteligencia artificial y con los precios de la memoria disparados, un nuevo rumor agita el mercado de las tarjetas gráficas: NVIDIA habría dejado de suministrar memoria VRAM junto a sus chips gráficos a los fabricantes asociados (AIC, add-in board partners), obligándoles a comprarla por su cuenta.
Si se confirma, sería un cambio histórico en el modelo de negocio de la compañía y tendría consecuencias directas en el precio de las GPU, la variedad de modelos disponibles… y en la supervivencia de muchos ensambladores pequeños.
Cómo funcionaba hasta ahora: NVIDIA vendía «el kit casi completo»
Tradicionalmente, el negocio de NVIDIA en consumo funcionaba así:
- NVIDIA suministra a sus socios el chip gráfico más la memoria VRAM validada (GDDR6, GDDR6X, etc.).
- El ensamblador (ASUS, MSI, GIGABYTE, etc.) diseña y fabrica:
- El PCB.
- El sistema de refrigeración.
- La carcasa, backplate, iluminación, etc.
Es decir, el corazón de la tarjeta —GPU + memoria— llegaba prácticamente “en pack” desde NVIDIA, que centralizaba la compra de memoria a los fabricantes (Micron, Samsung, SK hynix…) y se encargaba de asegurar el suministro.
Eso tenía ventajas claras para los socios:
- Menos riesgo de aprovisionamiento: no tenían que negociar directamente con proveedores de memoria.
- Precios más predecibles: se beneficiaban de la capacidad de compra masiva de NVIDIA.
- Homogeneidad de calidad: toda la VRAM pasaba por el filtro de la lista de proveedores aprobados (AVL) de la propia NVIDIA.
Qué dice el rumor: la VRAM pasa a ser problema de los ensambladores
En los últimos días, mensajes en redes sociales chinas y foros de la industria apuntan a un giro importante:
- NVIDIA mantendría el suministro del chip gráfico,
- pero dejaría de incluir los chips de memoria en ese “pack” para muchos socios.
Es decir, los AIC tendrían que:
- Negociar directamente con los fabricantes de memoria.
- Asegurar stock suficiente para cada modelo.
- Asumir la volatilidad de precios en un mercado dominado por la demanda de IA.
Algunas voces dentro del sector señalan un efecto inmediato:
- Los grandes fabricantes (los de “primer nivel”) pueden adaptarse: ya tienen relaciones consolidadas con proveedores, volumen de compra y músculo financiero.
- Los pequeños ensambladores o marcas regionales podrían quedar fuera del juego:
- No tienen histórico de compras de VRAM.
- Los proveedores ni siquiera les dan prioridad.
- Sin memoria, simplemente no pueden fabricar tarjetas.
En redes chinas ya se resume el problema sin rodeos: para los pequeños AIC que nunca negociaron memoria directamente, “es como si les hubieran expulsado del negocio de las gráficas”.
Memoria más cara, menos competencia y adiós a las gamas bajas
El contexto tampoco ayuda. La memoria —tanto DRAM como GDDR y HBM— lleva meses encadenando subidas de precio por:
- La explosión de la demanda de IA, que se come buena parte de la producción.
- Reajustes de capacidad por parte de los fabricantes, que prefieren productos de mayor margen.
Si NVIDIA se desentiende del suministro de VRAM y lo traslada a los ensambladores, se combinan varios efectos peligrosos para el consumidor:
- Costes descontrolados
Cada fabricante pagará un precio distinto por la memoria según su capacidad de negociación, volumen y timing. Eso se trasladará a:- PVP más altos.
- Mayores diferencias entre modelos “premium” y modelos de marcas menos conocidas.
- Menos competencia real
Si los pequeños no pueden acceder a memoria a precios razonables, desaparecen modelos baratos o más ajustados.- El mercado queda aún más concentrado en unos pocos gigantes.
- Es más fácil sostener precios elevados sin presión competitiva por abajo.
- Gama media y baja en el punto de mira
Cuando la memoria es cara y escasa, tiene poco sentido destinarla a gráficas donde el margen por unidad es reducido.- Los fabricantes tenderán a priorizar gama alta y entusiasta, donde cada tarjeta deja más beneficio.
- Las RTX “60” o “50” de futuras generaciones corren el riesgo de ser:
- Muy escasas.
- O tan caras que pierden el sentido como “gama de entrada”.
En comunidades de usuarios ya se ve la reacción irónica: más de uno asegura que “usará su 5060 hasta el fin de los tiempos”, porque si la gama media muere, el salto a la siguiente será inasumible.
Qué gana NVIDIA con este movimiento (si se confirma)
Aunque NVIDIA no ha confirmado públicamente este cambio, el rumor encaja con varias posibles motivaciones estratégicas:
- Trasladar riesgo de inventario
Con la memoria disparada de precio y una demanda de GPU gaming más volátil, es mucho menos atractivo:- Comprar grandes volúmenes de VRAM.
- Quedarse atrapado con stock caro si las ventas se frenan.
Pasando la pelota a los socios, NVIDIA vende chips “pelados” y reduce su exposición al vaivén del mercado de memoria.
- Simplificar la cadena de suministro
Delegar la memoria en los AIC significa:- Menos contratos directos con fabricantes de DRAM.
- Menos complejidad logística.
- Más foco en su negocio clave: diseño de GPU y plataformas de IA.
- Mantener el control técnico sin cargar con el coste
Aunque los socios compren la memoria, seguirían atados a la lista de proveedores y modelos aprobados (AVL) de NVIDIA.- Evitas que alguien monte chips “exóticos” que den problemas.
- Pero externalizas el trabajo comercial y financiero.
Qué puede pasar a corto y medio plazo
Si el rumor se materializa de forma generalizada, el escenario para el usuario final podría ser algo así:
- Tarjetas más caras en todos los segmentos, con especial castigo a la gama media.
- Menos modelos “raros” o alternativos de fabricantes pequeños; la estantería se llenará casi solo de las grandes marcas.
- Posible escasez crónica de GPUs de entrada, porque no compensa fabricarlas con una memoria tan cara.
- Diferencias de calidad cada vez mayores entre modelos según la VRAM elegida (latencias, consumos, temperaturas), aunque siempre dentro de lo aprobado por NVIDIA.
Para quienes estaban esperando una hipotética RTX 5060 “barata” o una futura serie económica con buen rendimiento por euro, el mensaje es claro: el contexto de memoria cara y menor competencia no juega a favor.
Un movimiento que reabre el debate: ¿quién paga realmente la fiesta de la IA?
El presunto cambio de NVIDIA no se puede leer aislado:
- La IA está tirando de toda la cadena de suministro de memoria y semiconductores.
- Los centros de datos y las GPU de cómputo tienen prioridad frente al mercado doméstico.
- Los componentes “básicos” (como la VRAM para gaming) se convierten en un recurso estratégico.
Al trasladar la carga de la memoria a sus socios, NVIDIA no solo se protege: reordena quién paga el coste real del nuevo ciclo tecnológico.
- Los ensambladores pequeños pueden quedar fuera del tablero.
- Los grandes mantendrán el negocio, pero con precios al alza.
- Y el usuario final verá cómo su próxima GPU es más cara… o tarda mucho más en llegar.
De momento, todo se mueve en el terreno de los rumores, pero el ruido en la industria es consistente: la memoria ya no es un simple componente más, sino el cuello de botella que va a decidir qué gráficas se fabrican, quién las vende y a qué precio estaremos dispuestos a seguir jugando.
vía: WEIBO