El gigante de Redmond congela parte de su construcción propia y paraliza nuevas contrataciones de capacidad en medio de una reestructuración global de su infraestructura
En una maniobra inesperada que ha tomado por sorpresa a analistas e inversores, Microsoft ha ralentizado drásticamente su expansión de centros de datos, congelando proyectos de construcción propios por más de 1,5 gigavatios (GW) y cancelando contratos de alquiler de capacidad por valor de más de 2 GW. Aunque a primera vista la noticia ha sembrado incertidumbre sobre la demanda de infraestructura digital, un análisis más profundo revela una estrategia de reajuste a medio y largo plazo.
Según un informe exclusivo de SemiAnalysis, el parón afecta a múltiples megaproyectos de Microsoft en EE. UU. y otros países, muchos de ellos con terrenos ya adquiridos, permisos concedidos y suministro eléctrico asegurado. A pesar de ello, las obras han quedado detenidas o ralentizadas, con pedidos de equipamiento eléctrico y sistemas de refrigeración retrasados o cancelados.

¿Qué ha cambiado?
Durante 2023 y la primera mitad de 2024, Microsoft fue el principal motor de crecimiento del mercado de alquiler de centros de datos, acaparando más del 60 % de la capacidad contratada a nivel mundial. La compañía firmó acuerdos no vinculantes (LOI) con numerosos proveedores, inmovilizando capacidad futura, al tiempo que compraba miles de hectáreas de terreno y aceleraba sus proyectos de construcción propios. A mediados de 2024, Microsoft prealquilaba más capacidad que Amazon, Google, Meta y Oracle juntos.
Sin embargo, a partir del segundo semestre del año pasado, comenzó a retirarse silenciosamente de varios de esos acuerdos y congeló nuevas contrataciones. El verdadero cambio vino con la decisión de pausar 1,5 GW de sus propios proyectos que debían activarse entre 2025 y 2026. Esto incluye campus con cientos de megavatios de potencia en estados como Iowa, Georgia y Texas, donde el ritmo de desarrollo ha disminuido drásticamente.
El mercado malinterpretó la magnitud
Mientras los titulares de prensa hablaban de “cancelaciones por 2 GW”, lo cierto es que esos acuerdos eran precontratos no vinculantes. Microsoft aún mantiene compromisos firmes de construcción por más de 5 GW que entrarán en operación entre 2025 y 2028, lo que significa que la desaceleración no compromete su crecimiento inmediato, pero sí posterga parte del suministro previsto a partir de 2027.
Este matiz ha generado interpretaciones erróneas entre analistas de Wall Street, que llegaron a predecir una caída de ingresos para proveedores como Vertiv —líder en soluciones eléctricas y de refrigeración para centros de datos—. Sin embargo, SemiAnalysis aclara que gran parte de la capacidad comprometida aún no figura en los libros de pedidos de estos proveedores, por lo que el impacto real en la cadena de suministro es limitado… por ahora.
¿Por qué Microsoft pisa el freno?
La respuesta parece estar en una combinación de factores. Por un lado, la aceleración previa generó una sobrecarga de compromisos y tensiones logísticas. Por otro, la presión para optimizar costes y reevaluar prioridades estratégicas en inteligencia artificial ha llevado a Microsoft a reequilibrar su enfoque entre construcción propia, leasing y asociaciones como las anunciadas recientemente con G42 en Emiratos Árabes Unidos.
También se especula con un mayor escrutinio interno sobre la eficiencia del capital invertido y una revisión de cómo se distribuye la capacidad global en un escenario en rápida evolución para la IA, los chips de entrenamiento y las soluciones edge.
Lo que viene
Aunque algunos proyectos están ralentizados, otros continúan avanzando. La compañía no ha abandonado su apuesta por el crecimiento, sino que busca evitar una expansión desequilibrada. Además, la transición de parte de la inversión hacia campus gestionados por socios (como en Oriente Medio) indica un cambio de modelo hacia estructuras más flexibles y compartidas.
A corto plazo, este reajuste representa una pausa técnica. A medio plazo, Microsoft sigue posicionándose como uno de los líderes globales en infraestructura para la inteligencia artificial. Pero el mensaje es claro: incluso los gigantes necesitan respirar entre zancadas.
Para el ecosistema tecnológico y de centros de datos, la clave ahora está en interpretar bien los ritmos del mercado. Porque lo que parecía una señal de enfriamiento, puede ser simplemente una reformulación del sprint.