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La inteligencia artificial: su segunda faceta en términos de ciberseguridad empresarial

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta única tanto para las organizaciones como para las personas, dando mayor eficiencia y productividad en un entorno digitalizado. Sin embargo, la integración de esta tecnología tiene varios desafíos importantes, sobre todo en el sector de ciberseguridad.

A continuación, se menciona cuál es la cara B de la IA en materia de ciberseguridad. Pues, aunque con sus beneficios, la inteligencia artificial puede ser no solamente un aliado, sino también una amenaza para las empresas, por lo que hay que desvelar los riesgos que acarrea y el papel de la utilización responsable.

La implementación de la IA y sus desafíos paradójicos

La implementación de la IA dentro del sector empresarial es algo que no se puede detener. Según un estudio realizado por KPMG, hay un 68% de trabajadores que emplean la inteligencia artificial para llevar a cabo sus tareas diarias, mientras que otro 47% afirma que les ha permitido aumentar la eficiencia en cada actividad.

Estas cifras representan el interés y las ventajas que la IA ofrece en un inicio. Pero, usar esta tecnología de forma acelerada no libera de contratiempos. Al menos un 17% de los empleados menciona que han tenido mayor estrés y carga laboral, lo que indica que hacer uso de la inteligencia artificial no es sinónimo de simplicidad, sino de mayor presión.

Lo que más preocupa es la cifra de que el 30% de las personas que fueron encuestadas indica que la IA ha aumentado el riesgo asociado con el cumplimiento de normas y el tratamiento privado de la información. Se trata de una estadística que muestra una dicotomía actual: aunque la IA brinda numerosas ventajas, el empleo incorrecto de la misma puede exponer la integridad y protección de los datos.

La confianza ciega en esta tecnología, el pensamiento de que sus outputs son infalibles o presentar contenido creado por una máquina como algo personal, son actividades que no solamente atentan contra la ética profesional, sino que dejan expuestas a las organizaciones ante consecuencias como el daño a su reputación o demandas legales.

IA en la sombra y el uso de software no verificados

Uno de los peligros más importantes para las empresas es el Shadow IA o IA en la sombra, un concepto que significa utilizar IA de forma gratuita o de bajo coste de parte de los trabajadores, que cumplen con los protocolos de seguridad y las políticas de las empresas. Según Hervé Lambert, experto de Panda Security, el empleo de esta tecnología no verificada significa la puerta de entrada a infecciones por malware, pérdida de información y otros problemas de seguridad informática.

El uso de la Shadow IA tiene varios factores: la falta de políticas de seguridad específicas con respecto al empleo de la IA, y el no conocimiento por parte de los trabajadores con respecto a los riesgos que representan estas herramientas y lo fácil que se pueden integrar al flujo de trabajo.

La falta de control organizacional con respecto al empleo de herramientas con IA empleadas por las personas genera un vacío que no se puede detectar tan fácilmente y que se remedia solamente cuando aparecen las primeras consecuencias devastadoras.

Los datos confidenciales utilizados por la IA gratuitas o de bajo coste se pueden interceptar con facilidad o ser usados con fines ilícitos, dejando expuesta la reputación y competitividad de una empresa.

Contenido creado con IA, el principal desafío de originalidad y seguridad

La IA tiene la capacidad para crear contenido de forma automática, comenzando por texto hasta la producción de imágenes, una aplicación importante, aunque también preocupante. La vulneración de la propiedad intelectual y la falta de originalidad es uno de los problemas más relevantes cuando se emplea solamente esta tecnología para producir información. Aparte de otras aplicaciones más creativas, integrar la IA en los sistemas corporativos internos puede dar paso a problemas de ciberseguridad.

Según Lambert, el empleo de una interfaz de programación de apps no auditada que conecte herramientas de IA puede dejar expuesto el sistema contra ataques informáticos, tales como el envenenamiento de datos o la inyección de prompts.

En el primero, los datos de la IA son corrompidos de forma intencional, lo que causa resultados maliciosos o errados. Mientras que, en el segundo caso, el atacante cambia las indicaciones dadas a la herramienta de IA para mostrar información confidencial de la empresa o realizar acciones no esperadas. Cada uno de estos ataques deja claro que la IA, si no es usada de forma responsable, se puede convertir en una amenaza.

La inteligencia artificial es una herramienta capaz de transformar la forma en que operan las empresas, optimizando procesos y aumentando la productividad. Pero, estas funciones también implican varios riesgos relacionados con la ciberseguridad, tales como ataques enfocados en los sistemas de IA o el uso de información sensible de forma inconsciente.

La solución para sacar el máximo provecho de las ventajas de la IA es implementar una estrategia tecnológica que posea una estructura de seguridad robusta, vigilancia continua y formación constante. Así, las empresas podrán operar de la mano con esta herramienta, transformándola en una aliada para el desarrollo a futuro.

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