Japón ha anunciado oficialmente la eliminación del uso de disquetes en sus sistemas gubernamentales, poniendo fin a una era de tecnología obsoleta. Este logro llega dos años después de que el ministro digital del país, Taro Kono, declarara públicamente una «guerra a los disquetes». Desde el 28 de junio, todos los sistemas gubernamentales han dejado de utilizar disquetes.
Un Hito en la Modernización Tecnológica
Según un informe de Reuters, el gobierno japonés ha eliminado el uso de disquetes en todos sus sistemas. Hasta mediados de junio, la Agencia Digital de Japón, creada durante la pandemia de COVID-19 para modernizar la tecnología gubernamental, había eliminado 1,034 regulaciones relacionadas con el uso de disquetes, con la excepción de una norma ambiental relacionada con el reciclaje de vehículos. Esto sugiere que podría haber un uso residual de disquetes en el gobierno, aunque no se proporcionaron más detalles.
El ministro digital Taro Kono, el político detrás de esta modernización tecnológica, ha expresado abiertamente su desagrado por los disquetes y otras tecnologías de oficina anticuadas, como las máquinas de fax. Kono, que está considerando una segunda candidatura presidencial.
La Larga Vida de los Disquetes
Aunque Kono solo anunció planes para erradicar los disquetes del gobierno hace dos años, han pasado 20 años desde que estos estuvieron en su apogeo y 53 años desde su debut. En enero de 2024, el gobierno japonés dejó de requerir medios físicos, como disquetes y CD-ROMs, para 1,900 tipos de presentaciones gubernamentales, como registros comerciales y formularios de ciudadanos.
La sorpresa en la línea de tiempo es comprensible, considerando que la última empresa en fabricar disquetes, Sony, dejó de hacerlo en 2011. Los disquetes, que en su mayoría tienen una capacidad máxima de 1.44MB (aunque también había de 2.88MB), no pueden competir con las opciones de almacenamiento actuales y es difícil encontrar un sistema moderno que pueda leerlos. Además, existen preocupaciones básicas sobre este formato de almacenamiento antiguo, como el incidente de 2021 donde la policía de Tokio perdió un par de disquetes con información sobre solicitantes de vivienda pública.
Persistencia de la Tecnología Antigua
Japón no es el único gobierno con vínculos recientes a esta tecnología obsoleta. Por ejemplo, el sistema de control de trenes Muni Metro en San Francisco utiliza software que funciona con disquetes y planea seguir haciéndolo hasta 2030. La Fuerza Aérea de EE. UU. utilizó disquetes de 8 pulgadas hasta 2019.
Fuera del sector público, los disquetes siguen siendo comunes en diversas industrias, incluyendo la bordaduría, aerolíneas de carga y máquinas CNC. Se informó que Chuck E. Cheese usaba disquetes para sus animatrónicos hasta enero de 2023.
Resistencia a la Modernización
Ahora que el gobierno japonés ha declarado su independencia de los disquetes, se espera ver qué otros pasos de modernización tomará. A pesar de sus numerosos logros tecnológicos, Japón tiene una reputación de aferrarse a tecnologías obsoletas. El ranking de Competitividad Digital Mundial 2023 del Instituto para el Desarrollo de la Gestión (IMD) ubicó a Japón en el puesto 32 de 64 economías, midiendo la capacidad y disposición para adoptar y explorar tecnologías digitales como motor clave de la transformación económica.
El gobierno japonés ha mostrado resistencia a adoptar tecnologías más modernas, como la nube para sistemas administrativos. Kono instó a las oficinas gubernamentales a dejar de requerir sellos personales hanko en 2020, pero el movimiento ha sido lento. Muchas oficinas en Japón aún prefieren las máquinas de fax sobre los correos electrónicos, y los planes para eliminarlas de las oficinas gubernamentales en 2021 fueron descartados debido a la resistencia.
Japón ha dado un paso significativo hacia la modernización tecnológica con la eliminación de los disquetes en el gobierno. Sin embargo, el país enfrenta desafíos continuos para abandonar otras tecnologías anticuadas. La transición hacia un futuro digital más avanzado requerirá esfuerzos sostenidos y una voluntad de cambio tanto en el sector público como en el privado.