Recibe toda la actualidad del sector tech y cloud en tu email de la mano de RevistaCloud.com.

Suscripción boletín

ITER y Microsoft unen fuerzas para impulsar la energía de fusión con inteligencia artificial

El proyecto ITER avanza hacia su objetivo de producir energía limpia y sin carbono gracias al uso intensivo de IA para gestionar millones de datos, mejorar la seguridad y acelerar las simulaciones científicas.

En el corazón de la Provenza francesa, rodeado de bosques de pinos y encinas, se construye el que podría ser el futuro energético del planeta. Se trata de ITER, el mayor proyecto experimental de energía de fusión nuclear jamás emprendido por la humanidad. Más de 2.000 científicos y técnicos de 35 países trabajan para hacer realidad lo que hasta hace poco era considerado ciencia ficción: recrear en la Tierra la misma energía que alimenta al Sol.

Pero construir esta “estrella artificial” —una máquina que albergará plasma a más de 150 millones de grados Celsius— no es solo un reto físico, sino también un desafío digital sin precedentes. Por eso, ITER ha encontrado en la inteligencia artificial un aliado imprescindible. En colaboración con Microsoft, el consorcio está aplicando IA generativa, análisis predictivo y automatización para avanzar hacia su primera ignición, prevista para 2033.

IA para ensamblar más de un millón de piezas… y mucho más

«Estamos construyendo un Ferrari, y lo único que tenemos por ahora son bicicletas para entrenar», bromea Alain Becoulet, subdirector general de ITER. Cada día trae un nuevo desafío, desde ensamblar más de un millón de piezas únicas hasta verificar la calidad de soldaduras milimétricas que deben soportar condiciones extremas.

Para enfrentarlo, el equipo de ITER está utilizando herramientas como Microsoft 365 Copilot, Azure OpenAI Service, Visual Studio Code y GitHub Copilot. Estas tecnologías permiten desde buscar en más de un millón de documentos técnicos hasta simular escenarios críticos o diseñar componentes con precisión atómica.

La IA, en palabras de Becoulet, es una forma de “inteligencia aumentada”: sigue siendo el ser humano quien toma las decisiones, pero con capacidad multiplicada gracias a los algoritmos.

Un reactor como un reloj suizo… pero del tamaño de una central

La pieza central del reactor es un gigantesco contenedor de vacío con forma de donut llamado tokamak, donde se generará y controlará el plasma. La ingeniera María Ortiz De Zúñiga, del equipo europeo Fusion for Energy, dirige la unidad de diseño y datos técnicos. Su equipo ha implementado modelos de IA entrenados para inspeccionar soldaduras críticas con escáneres de ultrasonido, tarea que antes requería cientos de horas humanas.

“La IA actúa como un multiplicador de fuerza”, señala. “Una vez entrenado, el modelo puede detectar fallos de soldadura con la precisión que exige un componente nuclear, sin fatiga ni errores”.

Documentación, compras e inspecciones: la IA también trabaja en la oficina

Según Jean-Daniel Delaplagne, responsable de TI en ITER, herramientas como Azure OpenAI y Microsoft Copilot están transformando también las tareas administrativas. Un chatbot entrenado permite ahora consultar de forma inteligente décadas de documentación técnica, acelerar la gestión de CVs, redactar listas de inspección de seguridad y resolver solicitudes de soporte.

Con más de 40.000 tickets de IT al año, hacer que el historial de problemas y soluciones sea accesible mediante IA ha supuesto un salto de eficiencia. Y todo ello en un entorno donde la precisión no es negociable.

El reto físico: simular una estrella en la Tierra

La contribución de la inteligencia artificial no se limita a la gestión de datos. Según el físico Alberto Loarte, responsable del diseño experimental del tokamak, la IA está comenzando a ayudar a mejorar las simulaciones de comportamiento del plasma, un campo esencial para evitar fallos y optimizar la producción energética.

“Hemos hecho fusión antes, pero nunca a esta escala. Cada simulación nos ayuda a reducir riesgos y acercarnos al punto de ignición de forma controlada”, explica.

Gracias al uso combinado de IA y computación de alto rendimiento (HPC), ITER espera obtener respuestas más rápidas a problemas que, de otro modo, requerirían semanas de cálculo. Incluso se explora el uso de IA para interpretar los resultados de simulaciones en tiempo real.

Energía limpia, segura y casi inagotable

A diferencia de la fisión nuclear, la fusión no produce residuos radiactivos de larga vida ni riesgo de accidentes catastróficos. ITER no está diseñado para inyectar electricidad a la red, sino para demostrar que se puede generar 500 MW de potencia de fusión con solo 50 MW de entrada, validando el concepto para futuras plantas comerciales.

Para ingenieras como Ortiz De Zúñiga, que lleva más de una década en el proyecto, la motivación es clara:

“Fabricar componentes ya es apasionante, pero saber que tu trabajo forma parte de una solución real a la crisis energética lo cambia todo”.


Con la ayuda de la inteligencia artificial, el sueño de una energía limpia, abundante y segura está más cerca. ITER, más que una planta nuclear, es un laboratorio global donde la ciencia, la ingeniería y la tecnología digital se unen para iluminar el futuro. Y si todo va bien, el Sol pronto tendrá un hermano en la Tierra.

fuente: news.microsoft.com

encuentra artículos

newsletter

Recibe toda la actualidad del sector tech y cloud en tu email de la mano de RevistaCloud.com.

Suscripción boletín

LO ÚLTIMO