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Europa toma la delantera en la carrera de los centros de datos mientras los gigantes estadounidenses pierden fuelle

El impulso europeo hacia la soberanía digital y el abandono de los modelos centralizados marca un giro estratégico en la infraestructura cloud global

Europa está construyendo su propio futuro digital. Mientras Estados Unidos adopta un enfoque más proteccionista y las grandes tecnológicas americanas enfrentan crecientes obstáculos regulatorios y desconfianza política, la Unión Europea ha decidido apostar fuerte por la soberanía de sus datos y la descentralización de la nube. El resultado: una aceleración sin precedentes en el desarrollo de centros de datos regionales y alternativos a los hyperscalers tradicionales como AWS, Microsoft Azure o Google Cloud.

En palabras del cofundador de Impossible Cloud, Kai Wawrzinek, este movimiento refleja una transición histórica: “Estamos pasando del dominio de la nube centralizada, vulnerable a los vaivenes geopolíticos, a una infraestructura abierta, resiliente y adaptada a la realidad post-globalizada”.

Soberanía frente a hegemonía

Durante años, Europa ha expresado su preocupación por la dependencia de los gigantes tecnológicos estadounidenses, cuyas operaciones están sujetas a legislaciones como el CLOUD Act, que permite a EE. UU. acceder a datos aunque se almacenen en suelo europeo. Esta inquietud se ha intensificado tras el conflicto en Ucrania y fallos judiciales como Schrems III, que evidencian la fragilidad de los marcos transatlánticos de transferencia de datos.

La reacción europea ha sido decidida. Iniciativas como Gaia-X, el impulso del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y el apoyo a proveedores cloud regionales demuestran que el Viejo Continente quiere recuperar el control de su infraestructura crítica. Alemania, Países Bajos, Francia o España se están posicionando como hubs clave gracias a una combinación de políticas favorables, inversiones públicas y privadas, y apoyo a modelos tecnológicos alternativos.

Los hyperscalers retroceden en Europa

Aunque los hyperscalers siguen dominando el mercado cloud global, su influencia en Europa comienza a erosionarse. Las crecientes exigencias regulatorias, las dudas sobre la soberanía de los datos y la percepción de que sus modelos de negocio no se ajustan a las nuevas prioridades digitales están provocando una desaceleración en sus planes de expansión.

Un ejemplo reciente es Google, que ha cancelado su previsto centro de datos en Mittenwalde, cerca de Berlín, alegando “una revisión de viabilidad y prioridades de negocio”. Mientras tanto, otras empresas tecnológicas, especialmente procedentes de Asia y Oriente Medio, están incrementando su inversión en centros de datos europeos, conscientes del potencial que ofrece un mercado en plena transformación.

El auge de la descentralización

Uno de los efectos colaterales de este cambio de paradigma es la popularización de modelos descentralizados de infraestructura cloud, en contraposición al enfoque centralizado de los hyperscalers. Plataformas como Impossible Cloud Network, impulsada por Wawrzinek, promueven un ecosistema de nodos distribuidos, más resistentes a fallos, ciberataques y presiones políticas.

Además, estas arquitecturas ofrecen mayor flexibilidad, menores latencias y cumplimiento automático de normativas locales, algo esencial para sectores como la sanidad, la banca o el gaming. Inversores como Nokia están apoyando esta transición, apostando por soluciones cloud distribuidas que ofrecen seguridad y escalabilidad sin comprometer la soberanía.

Beneficios económicos y estratégicos

La apuesta por una infraestructura digital europea más independiente y resiliente no solo tiene implicaciones tecnológicas, sino también económicas y geoestratégicas. La creación de centros de datos descentralizados y sostenibles está atrayendo empleo cualificado, inversión extranjera y nuevas oportunidades para startups y pymes del continente.

En este contexto, la interoperabilidad se convierte en una ventaja competitiva, desmintiendo el mito de que la descentralización conlleva fragmentación. Las soluciones europeas actuales permiten una conectividad fluida entre regiones, fortaleciendo la posición de Europa como líder en innovación digital y proveedor confiable para empresas globales.

Un modelo europeo de la nube

El modelo europeo que emerge combina estándares abiertos, control local, eficiencia energética y resiliencia geopolítica. Aunque los hyperscalers no desaparecerán, Europa está construyendo una alternativa sólida, basada en la diversificación, la descentralización y la soberanía digital.

En palabras de Wawrzinek: “Si Europa tiene éxito en esta misión, demostrará al mundo que es posible mantener la conectividad global sin sacrificar la seguridad, la privacidad ni la autonomía”.

La carrera por el control de la nube ya no se libra solo en los centros de datos de Silicon Valley. Ahora también se decide en los nodos distribuidos de Hamburgo, los data hubs de París, los parques tecnológicos de Madrid o Lisboa y las estrategias reguladoras de Bruselas. Y Europa, por primera vez en décadas, no solo está compitiendo. Está liderando.

Basado en el articulo de opinión de Crypto.news

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