En un entorno digital cada vez más hostil, expertos en seguridad advierten que las pequeñas empresas son el nuevo objetivo prioritario de los ciberdelincuentes. Estas son las recomendaciones para protegerse sin grandes inversiones.
La digitalización ha democratizado el emprendimiento, pero también ha nivelado el campo de juego para los atacantes. En el actual escenario tecnológico, montar un negocio sin una mínima estrategia de ciberseguridad equivale a construir una casa sin cerradura. La startup más pequeña, el freelance más modesto o el autónomo más local están hoy en el punto de mira de una amenaza global: el cibercrimen automatizado.
En vísperas del Día del Emprendedor, firmas especializadas como ESET han lanzado una advertencia clara: los pequeños negocios están pagando la factura de la falta de protección digital. Según datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), en 2024 se registraron casi 100.000 incidentes de ciberseguridad en España, y más de un tercio afectaron directamente a pymes, micropymes y autónomos.
Una tormenta perfecta para los atacantes
¿Qué hace que los pequeños negocios sean tan vulnerables? La respuesta está en una combinación de factores: poca formación en seguridad digital, exceso de confianza en herramientas gratuitas, dispositivos compartidos entre trabajo y vida personal, y una ausencia generalizada de políticas internas de protección.
Además, muchas startups y emprendedores adoptan servicios en la nube, plataformas de terceros, cuentas corporativas en redes sociales y servicios bancarios online sin evaluar los riesgos ni establecer protocolos de acceso seguro. “Los ciberdelincuentes saben que el eslabón débil no está en el software, sino en el comportamiento humano y la falta de planificación”, explican desde ESET.
Ciberseguridad sin grandes presupuestos: es posible
La buena noticia es que proteger un negocio digital no tiene por qué implicar grandes inversiones. Basta con incorporar prácticas sencillas desde el inicio. Estas son algunas de las claves que todo emprendedor debería tener en cuenta al lanzar su proyecto:
- Higiene digital básica: Mantener todos los sistemas, aplicaciones y plugins actualizados. Muchos ataques se producen por explotar fallos ya parcheados.
- Soluciones de protección profesional: Utilizar herramientas de ciberseguridad confiables —aunque sean gratuitas— adaptadas al entorno empresarial y no doméstico.
- Gestión segura de contraseñas: Evitar credenciales débiles o repetidas. Un gestor de contraseñas puede ser un gran aliado.
- Separación de entornos: No mezclar dispositivos personales y profesionales. Un fallo en uno puede comprometer todo el negocio.
- Concienciación como cultura empresarial: Incluso si solo hay una persona en la empresa, es vital revisar periódicamente permisos, accesos y configuraciones.
La reputación, en juego
Uno de los aspectos menos valorados por los nuevos empresarios es el daño reputacional que un ciberataque puede generar. A diferencia de una avería técnica, una brecha de seguridad compromete la confianza de clientes, proveedores y socios. Según el informe 2024 de la Asociación Española de Empresas Contra el Fraude, el canal online ya representa el 43 % de los fraudes corporativos registrados, y las pequeñas organizaciones tienen menos capacidad de respuesta ante estos incidentes.
Emprender con mentalidad de protección
La ciberseguridad no es solo un tema técnico, sino un componente estratégico del negocio. Igual que se protege una idea con un registro de marca o una cláusula de confidencialidad, también debe protegerse el entorno digital en el que vive. “No se trata de vivir con miedo, sino de incorporar la seguridad como parte del ADN del negocio”, señalan los expertos.
En un mundo donde el primer cliente puede llegar desde cualquier parte del planeta y el primer ataque también, no hay margen para la improvisación. Emprender en 2025 exige visión, resiliencia… y un buen antivirus.
Fuente: Noticias de seguridad