Las obras para el despliegue del cable submarino SMAP, que conectará las principales ciudades australianas a través de una de las infraestructuras de telecomunicaciones más avanzadas del mundo, avanzan a buen ritmo y ya han superado el 69 % de ejecución. SUBCO, la empresa responsable del proyecto, mantiene actualizado el seguimiento de cada hito en su blog oficial, mostrando la magnitud y complejidad de este sistema clave para el futuro digital de Australia.
Un gigante de la conectividad digital
El SMAP es el primer cable submarino hyperscale completamente nacional de Australia, con más de 5.200 kilómetros de longitud y capacidad para transportar grandes volúmenes de datos a alta velocidad entre Perth, Adelaide, Melbourne (Torquay) y Sídney. El sistema utiliza fibra óptica de última generación, con 7.000 toneladas de cable y 60 repetidores en línea, cargados en el buque especializado Île d’Yeu, considerado el mayor barco de tendido de cables del mundo por capacidad.
La operación de carga y verificación del cable, realizada durante 36 días en Calais (Francia), requirió una logística milimétrica, con equipos trabajando 24/7 para garantizar la calidad de la fibra y de cada componente. Tras completar la carga, el barco inició un viaje de 49 días hacia Australia, con escalas técnicas en Cabo Verde y Ciudad del Cabo.
Progresos en las estaciones de amarre y conexiones terrestres
Uno de los hitos más recientes ha sido el avance en la estación de aterrizaje de cable (Cable Landing Station, CLS) en Torquay, Melbourne, donde ya se han instalado las 49 paredes internas y externas, así como las losas de cubierta. Este centro albergará los sistemas críticos para la gestión del cable y facilitará la interconexión con la red terrestre australiana.
En Adelaide, la construcción de la CLS avanza tras la finalización de la losa de cimentación, mientras que en Sídney ya se ha completado la instalación y puesta en marcha del espacio técnico dentro del centro de datos Equinix SY5. Aquí, un equipo multidisciplinar ha trabajado en el despliegue de racks, sistemas de seguridad y monitorización ambiental, para garantizar la máxima fiabilidad operativa.
En Perth, la llegada del Île d’Yeu marcará el inicio de las operaciones de tendido y conexión del cable en la costa occidental australiana, una de las fases más esperadas del proyecto.
Innovación y respeto medioambiental
El proyecto SMAP destaca por su enfoque innovador y sostenible. Se ha dado prioridad a la minimización del impacto ambiental y social, realizando estudios y colaborando con las comunidades locales e indígenas. En la zona de Maroubra, por ejemplo, se emplearon técnicas de perforación horizontal dirigida (HDD) para instalar los conductos bajo la playa y proteger tanto el entorno natural como el patrimonio cultural.

SUBCO también ha destacado la colaboración con autoridades aborígenes y gobiernos locales, asegurando transparencia y respeto en cada etapa del desarrollo.
Un reto logístico y tecnológico sin precedentes
La magnitud del proyecto queda patente en las cifras y el nivel de coordinación. La fabricación, carga, transporte e instalación de miles de kilómetros de cable submarino requieren la participación de equipos especializados, tanto a bordo de los barcos como en tierra firme. Cada segmento del cable es sometido a rigurosas pruebas ópticas y eléctricas, y los componentes críticos, como los repetidores y ramales, son verificados individualmente antes de su despliegue.
Además, la integración con las infraestructuras terrestres implica trabajos de obra civil, instalación de manholes (bóvedas subterráneas para el acceso al cable), sistemas de monitorización y conexiones redundantes a los grandes centros de datos del país.
Próximos pasos y expectativas
El SMAP, actualmente con un 69 % del proyecto ejecutado, prevé estar operativo en marzo de 2026. Su puesta en servicio supondrá un salto cualitativo en la capacidad de Australia para el tráfico de datos, impulsando sectores como el cloud, los servicios digitales, la inteligencia artificial y la interconexión internacional.
Este cable no solo mejorará la resiliencia y la velocidad de las comunicaciones internas, sino que posicionará a Australia como un hub digital en el Pacífico, preparado para las demandas del futuro.
