El auge de la inteligencia artificial tensiona las infraestructuras eléctricas de Estados Unidos y exige colaboración entre sectores clave, según un nuevo informe
La consultora Deloitte ha lanzado un contundente aviso sobre el crecimiento exponencial de la demanda energética asociada a los centros de datos para inteligencia artificial (IA). En su último informe titulado “Can U.S. Infrastructure Keep Up With the U.S. Economy?”, la firma estima que el consumo eléctrico de este tipo de infraestructuras podría pasar de 4 GW en 2024 a 123 GW en 2035, lo que supone un incremento de más del 3.000 %.
Este salto, impulsado por el desarrollo acelerado de modelos de IA generativa y el despliegue de superordenadores especializados, amenaza con sobrecargar la capacidad de las redes eléctricas estadounidenses. La conclusión es clara: la infraestructura actual no está preparada para afrontar esta revolución sin transformaciones profundas.
La IA podría representar el 70 % del consumo eléctrico de los centros de datos en 2035
Según el análisis de Deloitte, mientras en 2024 los centros de datos dedicados a IA suponían solo un 12 % de la demanda eléctrica total de estos entornos (unos 33 GW), en 2035 podrían llegar a consumir el 70 % del total estimado de 176 GW. Esta expansión sin precedentes está generando un nuevo ecosistema económico, en el que la energía, la construcción, la industria manufacturera y el sector tecnológico deben trabajar en conjunto para evitar cuellos de botella.

Los datos proceden de una encuesta realizada en abril de 2025 a 60 ejecutivos del sector energético y otros 60 del sector de los centros de datos en Estados Unidos.
Inversión, colaboración y urgencia
Deloitte alerta de que los proyectos de ampliación de centros de datos avanzan más rápido que la puesta en marcha de nuevas fuentes de generación eléctrica, lo que podría abrir una peligrosa brecha entre demanda y capacidad real. Además, se señala que el 72 % de los encuestados ve “muy difícil” o “extremadamente difícil” cubrir el crecimiento de carga con la red eléctrica actual.
Para abordar esta situación, la consultora propone una hoja de ruta basada en tres pilares:
- Innovación tecnológica y regulatoria: el 90 % de los operadores de centros de datos considera “muy importante” mejorar la eficiencia mediante nuevas tecnologías, como transformadores inteligentes y nuevas formas de transmisión de energía.
- Integración de energías renovables: el 66 % de los responsables de centros de datos apuesta por una mayor adopción de fuentes limpias.
- Financiación y coordinación intersectorial: aunque existe voluntad de colaboración, solo el 15 % de los encuestados cree que las actuales alianzas entre compañías eléctricas y tecnológicas son realmente efectivas.
Además, la industria tecnológica planea invertir más de 1 billón de dólares en la fabricación de superordenadores, chips y servidores para IA en EE. UU. durante los próximos cuatro años, mientras que las eléctricas prevén un esfuerzo similar en infraestructuras de energía en un horizonte de cinco años.
El nuevo mapa energético de la IA
Los centros de datos impulsados por IA ya no son instalaciones modestas: las infraestructuras actuales y en construcción por parte de los grandes operadores (los llamados hyperscalers) están comenzando a operar en rangos de potencia de cientos de megavatios (MW), y algunos proyectos iniciales ya alcanzan la escala de gigavatios (GW).

Esto está provocando un fuerte aumento de la presión sobre el suministro eléctrico. Un 79 % de las compañías del sector prevé que la IA contribuirá significativamente al crecimiento de la demanda energética durante la próxima década. Sin embargo, algunas eléctricas ven una oportunidad en la mayor eficiencia que puede aportar la IA en la gestión del consumo.
Desafíos adicionales: suministro, plazos y costes
El informe también destaca otros obstáculos críticos:
- Competencia por la capacidad energética: el 92 % de los operadores de centros de datos ve la disponibilidad de energía como una fuente clave de tensión.
- Interrupciones en la cadena de suministro: el 65 % de las empresas consultadas identifica esta cuestión como un factor limitante en la expansión.
- Preocupaciones por la seguridad y los plazos: los desajustes entre las fases de desarrollo energético y tecnológico se perciben como una amenaza para el despliegue de infraestructuras.
En cuanto a la asequibilidad, el 60 % de las eléctricas no cree que las preocupaciones de los consumidores residenciales afecten a la expansión de los centros de datos, frente al 47 % de los operadores que sí lo consideran un factor limitante.
Una oportunidad estratégica para Estados Unidos
“Existe una oportunidad en el desarrollo de infraestructura para apoyar las prioridades estratégicas nacionales en IA y dominancia energética. Pero es una tarea compleja y los análisis revelan brechas que deben abordarse con urgencia”, afirma Martin Stansbury, socio de Deloitte & Touche LLP.
El informe concluye que, sin coordinación entre los sectores clave —energía, construcción, manufactura y tecnología—, el avance de la IA podría verse obstaculizado por las propias limitaciones del sistema que la sustenta.
En este contexto, Estados Unidos se enfrenta al reto de convertir una disrupción tecnológica en una ventaja competitiva sostenible. La carrera para alimentar la inteligencia artificial con electricidad ya ha comenzado.