Data brokers: la industria invisible que comercia con nuestros datos y desafía la ciberseguridad global

La privacidad digital se ha convertido en uno de los grandes campos de batalla de la tecnología contemporánea. Entre la inteligencia artificial, el big data y la publicidad personalizada, una industria apenas visible para la mayoría de los usuarios concentra enormes cantidades de información personal: los data brokers.

Su actividad no es nueva, pero en 2025 ha alcanzado un nivel de sofisticación y relevancia que los sitúa en el centro de debates sobre ciberseguridad, regulación internacional y economía de los datos.


Un sector opaco pero multimillonario

Los data brokers son empresas que recopilan, procesan y venden datos personales procedentes de fuentes tan diversas como registros públicos, transacciones comerciales, historiales de navegación, redes sociales o aplicaciones móviles.

Se estima que en EE. UU. operan más de 4.000 intermediarios de datos, y los principales —como Acxiom, CoreLogic o Experian— generan miles de millones de dólares anuales gracias a la compraventa masiva de información. En Europa, la cifra es más baja debido al marco del RGPD, pero los mismos actores globales continúan presentes.

Lo inquietante es la amplitud de los perfiles que generan: desde direcciones, teléfonos y correos electrónicos hasta patrones de movilidad, historial de crédito, afiliaciones políticas, hábitos de consumo o incluso predicciones de riesgo sanitario basadas en datos agregados.


De la segmentación comercial al riesgo de seguridad

En teoría, el objetivo de esta industria es “legítimo”: optimizar campañas publicitarias, prever tendencias de consumo o reducir fraudes financieros. Sin embargo, en la práctica, los usos pueden derivar en discriminación, manipulación política o exposición a ciberataques.

Ejemplo claro: las webs de búsqueda de personas —BeenVerified, Spokeo, Whitepages, entre otras— permiten que cualquier usuario acceda a información extremadamente sensible. Para un actor malintencionado, se trata de un catálogo perfecto para el phishing, el acoso o el robo de identidad.

Además, muchas bases de datos de data brokers terminan filtradas en la dark web. Esto significa que el mismo conjunto de datos puede acabar alimentando tanto algoritmos de segmentación publicitaria como campañas de malware dirigidas.


Técnicas de recolección: más allá de lo obvio

Los data brokers no dependen solo de fuentes públicas. Su arsenal de recolección incluye:

  • SDKs en apps móviles: bibliotecas que capturan geolocalización, hábitos de uso y metadatos.
  • Programas de fidelización: cada descuento se paga con un flujo adicional de datos.
  • Cookies y fingerprinting: técnicas avanzadas de rastreo en la web.
  • Modelos predictivos basados en IA: capaces de inferir datos que el usuario nunca ha compartido directamente (por ejemplo, probabilidad de padecer una enfermedad).

Con la explosión de la IA generativa, se abre otro frente: data brokers que alimentan sus modelos con información personal raspada de internet, sin consentimiento explícito.


Marco legal: Europa vs. EE. UU.

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) europeo proporciona un marco robusto: consentimiento explícito, derecho al olvido, portabilidad y fuertes sanciones. Sin embargo, su aplicación contra grandes data brokers es limitada, ya que muchos operan fuera del territorio europeo.

En EE. UU., el panorama es mucho más fragmentado. Estados como California, con la CCPA (California Consumer Privacy Act), han implementado normas que obligan a los data brokers a registrarse y permitir exclusiones. A partir de 2026, entrará en vigor una lista de exclusión permanente (delete lists), que debería suponer un antes y un después.

El problema es que, sin una ley federal de alcance nacional, el grueso de la industria continúa operando con escasa supervisión.


Opt-out y servicios de supresión de datos

Para usuarios avanzados y administradores de sistemas, la cuestión no es solo filosófica, sino práctica: ¿cómo limitar la exposición de datos?

Existen tres enfoques:

  1. Opt-out manual: acceder a listas como la “Big Ass Data Broker Opt-Out List” o servicios de IntelTechniques, que recopilan cientos de enlaces para solicitar exclusiones manualmente. Es laborioso, pero efectivo a largo plazo.
  2. Servicios automatizados: empresas como Optery, DeleteMe, OneRep o Incogni realizan el proceso en masa, monitorizando periódicamente para volver a eliminar datos reaparecidos. Aunque de pago, representan la opción más realista para quienes gestionan identidades digitales sensibles.
  3. Supresión vs. eliminación: mientras que la eliminación borra los datos de la base pública, la supresión impide su redistribución y reventa. Este último mecanismo suele ser más sostenible, ya que evita que el dato reaparezca en otros intermediarios.

Implicaciones para la ciberseguridad

Para profesionales de la seguridad, la industria de los data brokers plantea tres retos inmediatos:

  • Superficie ampliada de ataque: cada base de datos externa con información de empleados o clientes es un vector potencial para ataques de spear phishing y fraudes BEC (Business Email Compromise).
  • Ataques basados en IA: los modelos de lenguaje pueden personalizar campañas de ingeniería social a partir de información extraída de data brokers.
  • Fugas internas invisibles: aunque una organización proteja sus propios sistemas, no puede controlar qué proveedores terceros exponen información relacionada.

La gestión de proveedores y la evaluación de riesgos de terceros se vuelven esenciales.


Estrategias de mitigación

Los expertos recomiendan un enfoque de defensa en capas que combine:

  • Auditorías periódicas de exposición de datos con herramientas de threat intelligence.
  • Uso de alias de correo electrónico y números virtuales para registros en servicios de riesgo.
  • Políticas corporativas de privacidad que instruyan a los empleados sobre prácticas seguras.
  • Contratación de servicios de supresión de datos para puestos críticos (directivos, personal con acceso privilegiado).
  • Integración con SIEMs y DLP para correlacionar intentos de ataque con posibles filtraciones externas.

El negocio detrás: ¿quién compra estos datos?

El mercado no se limita a anunciantes. Entre los principales compradores de datos de data brokers se encuentran:

  • Entidades financieras: para ajustar riesgos de crédito.
  • Aseguradoras: que modulan precios en función de datos personales.
  • Partidos políticos y consultoras electorales: con fines de microsegmentación.
  • Empresas de adtech y martech: que integran datos de múltiples fuentes para maximizar campañas.
  • Actores maliciosos: que adquieren bases filtradas o expuestas para fraudes.

La delgada línea entre uso “legítimo” y abuso es cada vez más difícil de trazar.


Hacia un futuro regulado… o fragmentado

El dilema es claro: los datos personales son la materia prima de la economía digital. Regular demasiado puede frenar la innovación y beneficiar a competidores con menos restricciones; regular poco aumenta la desconfianza, la exposición y los riesgos.

Europa parece liderar el camino con el RGPD, pero su aplicación real contra gigantes estadounidenses aún es limitada. EE. UU. mantiene un mosaico estatal que favorece la fragmentación. China, por su parte, aplica una visión soberana: control férreo estatal sobre los datos, tanto de ciudadanos como de empresas.

El resultado es un escenario global fragmentado donde cada bloque económico define sus propias reglas, lo que obliga a empresas y usuarios a adaptarse a múltiples marcos simultáneamente.


Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Qué diferencia a un data broker de una red social o un buscador?
Aunque ambos recopilan datos, los data brokers no ofrecen un servicio directo al usuario. Su modelo de negocio es exclusivamente revender la información recopilada.

¿Qué riesgos directos supone para una empresa?
Exposición de datos de empleados, incremento de ataques dirigidos (phishing, BEC), suplantación de identidad corporativa y pérdida de reputación.

¿Cómo saber si mis datos están en manos de data brokers?
Buscar el propio nombre en webs de personas, usar servicios como Have I Been Pwned para filtraciones, o contratar herramientas de monitorización de exposición digital.

¿La IA agrava el problema de los data brokers?
Sí. La IA generativa permite explotar datos a escala masiva y personalizar ataques, multiplicando el valor (y el riesgo) de estas bases.

vía: Redes Sociales

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