CISO: Un eslabón clave en la seguridad informática de las empresas

La figura del Chief Information Security Officer (CISO) se ha convertido en un pilar fundamental para la ciberseguridad de las empresas. A medida que el teletrabajo aumenta, también lo hacen las amenazas cibernéticas, lo que hace esencial la presencia de un experto que no solo posea conocimientos técnicos avanzados, sino también habilidades de comunicación y liderazgo.

El último informe de ENISA señala que el 67% de las organizaciones sanitarias a nivel mundial experimentaron un ataque de ransomware en 2023. Este contexto de inseguridad ha llevado a que, según Deloitte, un 62% de las empresas en España incrementaran su presupuesto destinado a ciberseguridad el año pasado.

El CISO, que a menudo colabora estrechamente con altos ejecutivos y otros directores (CIO, CEO, CFO), no solo dirige la estrategia de seguridad informática de la organización, sino que también desempeña un papel clave en la gestión de riesgos y la respuesta ante incidentes. Esta figura es responsable de supervisar la seguridad de la infraestructura tecnológica de la compañía, desde la gestión de firewall y copias de seguridad hasta el control de acceso a datos.

Entre sus funciones se incluye el desarrollo e implementación de procesos seguros, la realización de análisis de amenazas, y la gestión de equipos de seguridad. Además, debe mantenerse al día con las últimas investigaciones en ciberseguridad para ofrecer recomendaciones estratégicas ajustadas a las necesidades y objetivos comerciales de la empresa.

El CISO también está a cargo de diseñar planes de recuperación ante desastres y realizar investigaciones forenses después de un ataque, con el objetivo de entender cómo ocurrió y cómo puede prevenirse en el futuro. Este rol ha evolucionado de ser un perfil puramente técnico a convertirse en un impulsor comercial que trabaja para alinear la ciberseguridad con la estrategia global de la empresa.

Es crucial que el CISO posea una sólida formación técnica, respaldada por certificaciones relevantes como CISSP o CISM, y que combine esto con una serie de habilidades blandas como el liderazgo, la capacidad de comunicar conceptos complejos de manera efectiva y la habilidad para trabajar bajo presión.

La creciente dependencia de las empresas en la tecnología digital hace que el papel del CISO sea más crítico que nunca. Este debe utilizar herramientas avanzadas, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, para proteger a la organización de las amenazas más sofisticadas, al tiempo que maneja las vulnerabilidades que estas mismas tecnologías pueden presentar. Con el incremento de los ataques cibernéticos, la función del CISO será cada vez más central en la estrategia de cualquier empresa moderna.

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