Canonical ha dado un paso que muchos responsables de sistemas llevaban años pidiendo: alargar aún más la vida útil de las versiones LTS de Ubuntu. La compañía ha anunciado la ampliación del add-on Legacy para Ubuntu Pro, de forma que el soporte total pasa de 12 a 15 años para las versiones de soporte extendido del sistema operativo, empezando por Ubuntu 14.04 LTS “Trusty Tahr”.
El movimiento no es solo un titular comercial. Responde a una realidad cada vez más evidente en empresas e instituciones: hay infraestructuras que, por regulación, certificaciones o dependencia de hardware específico, no pueden actualizarse cada pocos años sin asumir un riesgo operativo y económico significativo.
De 5+5+2 a 5+5+5: un ciclo de vida pensado para producción real
Hasta ahora, el esquema de mantenimiento de Ubuntu LTS quedaba así:
- 5 años de soporte estándar de seguridad.
- 5 años adicionales de Expanded Security Maintenance (ESM) a través de Ubuntu Pro.
- 2 años extra con el add-on Legacy, presentando en 2024, hasta completar 12 años de vida útil.
Con el anuncio de noviembre de 2025, Canonical estira ese último tramo de Legacy hasta los 5 años, lo que lleva el ciclo completo a 15 años de seguridad y mantenimiento por versión LTS. El primer beneficiado es Ubuntu 14.04 LTS, cuya fecha de fin de soporte pasa a abril de 2029, exactamente 15 años después de su lanzamiento.
El alcance funcional de Legacy no cambia: lo que se amplía es el compromiso temporal. Para muchos equipos de infraestructura esto significa algo crucial: más margen para planificar migraciones y menos presión para acometer cambios de plataforma a contrarreloj.
Pensado para sectores regulados y sistemas “que no pueden caerse”
Canonical apunta directamente a entornos altamente regulados o dependientes de hardware: industrias donde un simple cambio de versión del sistema operativo puede obligar a repetir auditorías, recertificar equipos o revalidar procesos críticos.
Hablamos, por ejemplo, de:
- Sistemas embebidos o industriales que dependen de una combinación muy concreta de kernel, drivers y hardware.
- Infraestructuras de telecomunicaciones, finanzas o sector público con fuertes requisitos de cumplimiento normativo.
- Plataformas donde cualquier parada o recertificación supone costes muy elevados y meses de trabajo interno.
En ese contexto, la alternativa a un ciclo largo suele ser poco realista: o se asume un riesgo creciente al quedarse sin parches, o se afronta una migración que puede romper compatibilidades y obligar a parar sistemas que “no deberían tocarse”.
Con 15 años de ventana, Canonical intenta encajar mejor con esos ciclos largos de inversión: el sistema operativo deja de ser un factor de riesgo recurrente y se convierte en una base más estable sobre la que planificar.
Qué incluye realmente Ubuntu Pro durante esos 15 años
Durante todo el periodo de 15 años, el contrato es claro: parches de seguridad continuos para el sistema base, el kernel y componentes clave de código abierto presentes en Ubuntu LTS. El equipo de seguridad de Canonical se encarga de:
- Monitorizar vulnerabilidades (CVEs) críticas, altas y parte de las medias.
- Priorizar y backportear correcciones a las versiones LTS mantenidas.
- Mantener la compatibilidad sin obligar a saltar a una versión superior de Ubuntu.
Todo ello se ofrece bajo el paraguas de Ubuntu Pro, que añade además:
- Herramientas de cumplimiento y auditoría.
- Configuraciones endurecidas para estándares de seguridad.
- Opcionalmente, soporte break/fix para incidencias en producción, con acceso directo a los equipos que desarrollan y mantienen Ubuntu.
Es importante subrayar que el soporte break/fix sigue siendo un extra opcional: la ampliación anunciada afecta al mantenimiento de seguridad, no a un cambio radical en el modelo de soporte.
Cómo se contrata el add-on Legacy y cuánto cuesta
El nuevo tramo de Legacy no obliga a rehacer contratos ni a reinstalar sistemas. Canonical deja claro que las suscripciones actuales a Ubuntu Pro continúan sin cambios: no hay que volver a apuntarse ni migrar a otro programa.
El esquema queda así:
- Los primeros 10 años se cubren con el soporte estándar + ESM de Ubuntu Pro.
- A partir de ese punto, el cliente puede activar el add-on Legacy para prolongar la vida útil otros 5 años adicionales.
- El precio anunciado es un recargo del 50 % sobre la cuota estándar de Ubuntu Pro para ese tramo de Legacy.
La activación se realiza contactando con el equipo comercial de Canonical o a través del gestor de cuenta habitual. No hay cambios técnicos disruptivos: el sistema ya está integrado en la lógica de Ubuntu Pro y ESM.
Un reconocimiento a la realidad: las migraciones son caras y arriesgadas
En la nota oficial, Canonical reconoce algo que cualquier administrador de sistemas sabe por experiencia: las migraciones grandes son dolorosas. Implican:
- Riesgo de incompatibilidades en aplicaciones críticas.
- Cambios en librerías, kernels y drivers difíciles de validar en entornos complejos.
- Posibles recertificaciones en sectores regulados.
- Costes de proyecto, pruebas y ventanas de mantenimiento que afectan al negocio.
Al ofrecer 15 años de soporte, la empresa busca “alinear” mejor la realidad del ciclo de vida de la infraestructura con el ciclo de vida del software base. En lugar de forzar saltos de versión cada pocos años, la organización puede:
- Planificar migraciones mayores con horizontes de 8, 10 o 12 años.
- Acometer modernizaciones por fases, en función de prioridades de negocio.
- Mantener sistemas que siguen siendo válidos y rentables sin que se vuelvan un agujero de seguridad.
El mensaje de fondo es claro: no todas las cargas tienen que estar siempre en la última versión. Lo importante es que, mientras permanezcan en producción, cuenten con parches, auditoría y soporte suficientes para no convertirse en un riesgo.
Qué implica para el ecosistema Linux empresarial
La decisión de Canonical coloca a Ubuntu en una posición especialmente competitiva en el segmento de Linux de larga duración, compitiendo frontalmente con ciclos extensos de otras grandes distribuciones empresariales.
Para las organizaciones que han apostado fuerte por Ubuntu en servidores, nube privada o entornos industriales, este movimiento refuerza la idea de que pueden construir estrategias a muy largo plazo sobre LTS concretas, sin verse obligadas a rediseñar su stack cada pocos años.
En un momento en el que la presión de la inteligencia artificial, el edge computing y la regulación hace que los departamentos de IT tengan menos margen para “jugar” con la base de sistemas, ofrecer 15 años de soporte estable es tanto una ventaja técnica como un argumento político dentro de las organizaciones: facilita justificar la estandarización en Ubuntu frente a otras alternativas.
Preguntas frecuentes sobre el nuevo ciclo de 15 años de Ubuntu LTS
1. ¿Significa este cambio que todas las versiones de Ubuntu tendrán 15 años de soporte?
No. La ampliación aplica a las versiones LTS (Long Term Support) que estén cubiertas por Ubuntu Pro y que alcancen los 10 años de soporte (estándar + ESM). A partir de ahí, el cliente puede contratar el add-on Legacy para extender el mantenimiento otros 5 años.
2. ¿Qué diferencia hay entre ESM y el add-on Legacy de Ubuntu Pro?
ESM (Expanded Security Maintenance) cubre los años 6 a 10 de vida de una LTS con parches de seguridad para el sistema base y componentes clave. El add-on Legacy extiende esa misma lógica de mantenimiento de seguridad a los años 11 a 15, con el mismo enfoque en correcciones de CVEs y estabilidad, pero con un coste adicional sobre la suscripción estándar de Ubuntu Pro.
3. ¿Tengo que reinstalar o migrar mis servidores para beneficiarme del soporte Legacy?
No. Canonical indica que las suscripciones existentes a Ubuntu Pro continúan sin cambios y que, para activar Legacy, basta con gestionarlo a través del equipo comercial o del gestor de cuenta. No se requiere reinstalar el sistema ni migrar a otra edición de Ubuntu.
4. ¿Tiene sentido optar por 15 años de soporte si ya estoy migrando a una versión más reciente?
Depende del caso. En entornos donde todavía conviven sistemas antiguos en producción, el soporte de 15 años puede servir como “red de seguridad” para alargar la vida de ciertos nodos mientras se completa la migración al nuevo estándar. Para infraestructuras recién desplegadas sobre una LTS actual, es una garantía de que esa inversión podrá mantenerse operativa y segura durante más de una década.
vía: ubuntu