Un grupo de investigadores ha desarrollado un prototipo de batería nuclear capaz de generar electricidad, utilizando materiales procedentes de la fisión nuclear. Este avance abre la puerta a una posible reutilización de residuos radiactivos, un problema persistente en la industria nuclear, al tiempo que plantea nuevos desafíos en términos de escalabilidad y viabilidad comercial.
Cómo funcionan estas nuevas baterías nucleares
El sistema se basa en cristales centelleadores de alta densidad, que emiten luz cuando son expuestos a radiación. Esta luz es captada por células solares especializadas, que la convierten en electricidad.
En los experimentos iniciales, los investigadores probaron el rendimiento de la batería con cesio-137 y cobalto-60, ambos subproductos de la fisión nuclear. Los resultados fueron prometedores:
- Con cesio-137, se logró generar 288 nanovatios.
- Con cobalto-60, la producción alcanzó 1,5 microvatios, suficiente para alimentar pequeños sensores.
El equipo, liderado por el investigador Raymond Cao, señala que esta tecnología podría convertirse en una fuente viable de energía, siempre que se logre escalar la producción hasta alcanzar varios vatios de potencia.
Desafíos para la viabilidad de las baterías nucleares
A pesar del potencial de esta tecnología, existen importantes barreras que dificultan su aplicación en el mercado masivo:
- Escalabilidad: Para ser una alternativa energética real, estas baterías deberían generar varios vatios de potencia, lo que requiere optimizar la absorción de radiación y la conversión energética.
- Costo de producción: La fabricación de estos dispositivos puede resultar demasiado costosa, lo que limitaría su aplicación a usos específicos en lugar de una adopción generalizada.
- Seguridad y gestión de residuos: Aunque aprovechan materiales radiactivos ya existentes, sigue siendo necesario establecer protocolos adecuados para su manejo y almacenamiento.
El estudio también descubrió que la forma y el tamaño de los cristales influyen en la cantidad de luz emitida y, por ende, en la energía generada. Los cristales de mayor volumen mejoran la absorción de radiación, optimizando la conversión energética.
¿Un futuro viable para estas baterías?
Si bien los primeros resultados son alentadores, aún queda un largo camino por recorrer antes de que estas baterías puedan convertirse en una solución energética viable para el mercado de consumo. Su elevado coste de producción y los desafíos en la escalabilidad podrían relegarlas a aplicaciones específicas, como sensores en entornos extremos o dispositivos de larga duración en el sector aeroespacial.
A medida que la investigación avance, será clave determinar si la tecnología puede superar estas barreras y convertirse en una alternativa real para el aprovechamiento de los residuos nucleares en la generación de energía sostenible.
Fuente: Noticias3d