ATLAS: los cables submarinos de Canarias se convierten en sensores para proteger el Atlántico con detección de cetáceos y alertas sísmicas

Canalink, empresa pública dependiente del Cabildo de Tenerife a través del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), ha dado un paso al frente en la protección del medio marino al sumarse a ATLAS (Atlantic Tracking with Lightwave Acoustic Sensing), un proyecto europeo que transforma los cables submarinos de fibra óptica ya tendidos en el fondo del Atlántico en una red de sensores acústicos. La propuesta se apoya en tecnología DAS (Distributed Acoustic Sensing) para detectar cetáceos, mapear el ruido submarino y emitir alertas tempranas de terremotos en el mar, abriendo la puerta a una nueva generación de observatorios oceánicos multipropósito basados en infraestructuras de telecomunicaciones existentes.

El proyecto, financiado en el marco de Interreg Área Atlántica, está liderado por PLOCAN (España) y se extenderá hasta comienzos de 2028. Cuenta con 3,4 millones de euros de presupuesto, cofinanciados al 75 % por el FEDER, e integra a empresas, universidades y organismos de excelencia de varios países atlánticos. En este tablero, Canalink aporta un activo singular: cables de telecomunicaciones submarinos operativos en el entorno de Canarias, un nodo estratégico por su intenso tráfico marítimo y su alto valor ecológico.

Qué persigue ATLAS: ciencia en tiempo real, seguridad marítima y biodiversidad

El propósito de ATLAS es doble. Por un lado, desarrollar sistemas avanzados de adquisición, calibración y validación de datos que permitan convertir los cables de fibra en plataformas de observación multipropósito. Por otro, llevar esa información a quien la necesita —autoridades, científicos, operadores marítimos y ciudadanía— mediante una plataforma digital que comparta datos en formatos estandarizados y compatibles con marcos europeos como la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina (MSFD), EMODnet y Copernicus.

En la práctica, el uso de DAS permite “escuchar” el entorno marino a lo largo de decenas o cientos de kilómetros de cable. Esa capacidad se traduce en aplicaciones de alto impacto público:

  • Conservación de cetáceos: emisión de avisos a navegantes en zonas de presencia de especies sensibles —como la ballena común— para prevenir colisiones y reducir perturbaciones.
  • Gestión del ruido submarino: elaboración de mapas objetivos que ayuden a mitigar el impacto acústico de la navegación y otras actividades.
  • Alerta temprana sísmica: señales tempranas ante terremotos en el mar que refuerzan la resiliencia de las comunidades costeras y la seguridad de la navegación.

Para el Atlántico nororiental, donde confluyen rutas de gran tráfico y corredores biológicos, estas medidas resultan especialmente relevantes. Y para Canarias, epicentro de rutas comerciales y punto caliente de biodiversidad, su potencial es evidente: más información, antes y mejor integrada en los sistemas que toman decisiones.

Cómo funciona: de la fibra óptica al “oído” del océano

ATLAS no parte de cero. Su valor diferencial reside en aprovechar los cables submarinos de telecomunicaciones ya existentes como soporte para sensado acústico distribuido. La tecnología DAS habilita que un único cable actúe como miles de “micrófonos” virtuales a lo largo de su trazado, permitiendo detectar vibraciones asociadas tanto a presencia de fauna como a fenómenos físicos (olas, corrientes, actividad sísmica) o actividades humanas (tráfico de embarcaciones, maquinaria).

El proyecto pondrá el foco en tres frentes técnicos clave:

  1. Adquisición: diseñar y desplegar sistemas de toma de datos robustos sobre cables operativos de telecomunicaciones.
  2. Calibración: asegurar que la señal registrada se corresponde con eventos reales, minimizando falsos positivos/negativos.
  3. Validación: contrastar los registros DAS con observaciones independientes (hidrófonos, boyas, registros sísmicos, avistamientos) para garantizar la calidad de la información antes de su uso operativo.

El resultado esperado es un flujo de datos en tiempo real que alimente modelos y paneles útiles tanto para gestores ambientales como para autoridades portuarias, centros de investigación y servicios de emergencias.

Un estándar de datos para Europa: de ATLAS a MSFD, EMODnet y Copernicus

Tan importante como escuchar el océano es compartir lo escuchado. ATLAS creará una plataforma digital que publicará los datos en formatos interoperables, alineados con las necesidades de las autoridades responsables de la MSFD, e integrables en EMODnet (la red europea de datos marinos) y Copernicus (el programa de observación de la Tierra de la UE). Esto evita islas de información y permite que los mismos datos sirvan a múltiples propósitos: conservación, seguridad, investigación, planificación marítima o cumplimiento normativo.

Para Canalink y el ITER, el alineamiento con estándares europeos añade valor estratégico: lo que se observe en Canarias entrará en circuitos de ciencia abierta y servicios operacionales continentales, amplificando su impacto más allá del ámbito insular.

Quién está detrás: un consorcio atlántico con liderazgo español

ATLAS es un proyecto de investigación Interreg Área Atlántica con liderazgo de PLOCAN (España) y una financiación de 3,4 millones de euros, cofinanciada al 75 % por FEDER. Junto a Canarias Submarine Link (Canalink, España) participan, entre otros, University College Cork (MaREI, Irlanda) y el Instituto de Engenharia de Sistemas e Informática, Tecnologia e Ciência (INESCTEC, Portugal). El consorcio se completa con GREENOV-ITES y MOOD Conseil (Francia), el CEREMA francés, el SHOM (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Marina de Francia), y dos entidades asociadas: la NTNU (Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología) y la oficina central (CMO) de EMSO ERIC, el consorcio europeo de observación oceánica.

La combinación de operadores de cable, centros científicos y agencias públicas es crucial para probar en campo la tecnología y acelerar su traslado a casos de uso operativos.

Por qué Canarias: un laboratorio vivo entre biodiversidad y grandes rutas

El archipiélago canario concentra varios factores que hacen de ATLAS una apuesta natural:

  • Encrucijada atlántica: intenso tráfico de buques y conectividad internacional, con cables submarinos que enlazan Europa, África y América.
  • Alta diversidad de cetáceos: presencia de especies residentes y migratorias, y sensibilidad reconocida a colisiones y ruido.
  • Riesgo sísmico oceánico: necesidad de mejorar alertas y protocolos de respuesta en caso de eventos sísmicos en el mar.

La participación pública de Canalink —dependiente del Cabildo de Tenerife a través del ITER— aporta además legitimidad institucional y coordinación con políticas insulares y regionales en energía, I+D y protección ambiental.

Retos y siguientes pasos: madurez tecnológica, gobernanza y usos operativos

Aunque la prueba de concepto de la DAS sobre cables de fibra es prometedora, ATLAS encara varios retos naturales de una tecnología en despliegue:

  • Calibración fina en entornos complejos: distinguir patrones acústicos de fauna, tráfico y fenómenos físicos sin ambigüedades.
  • Gobernanza del dato: garantizar calidad, propiedad, privacidad y licencias claras en el circuito de captura–procesado–publicación.
  • Integración en operaciones: traducir la señal en decisiones —por ejemplo, avisos dinámicos a navegantes— con procedimientos, umbrales y responsables previamente definidos.
  • Sostenibilidad y mantenimiento: asegurar que el sistema puede operar en el tiempo con costes y medios realistas, sin interferir en la misión principal de los cables (telecomunicaciones).

El horizonte temporal hasta principios de 2028 permite iterar sobre prototipos, validar algoritmos y pilotear servicios con autoridades marítimas, parques nacionales y centros de monitorización. El escenario deseable al cierre del proyecto es dejar montada una capacidad operativa que Europa pueda replicar a lo largo de otros cables del Atlántico.

Qué gana la sociedad: conocimiento compartido y decisiones informadas

La promesa de ATLAS no es un catálogo de gráficos para congresos, sino servicios útiles:

  • Navegación más segura y responsable: avisos a navegantes en tiempo casi real en áreas con alta probabilidad de presencia de cetáceos.
  • Gestión basada en evidencias: mapas de ruido submarino e indicadores contrastados para políticas públicas y planes de mitigación.
  • Resiliencia ante eventos: señales tempranas de terremotos en el mar que mejoren tiempos de reacción y coordinación interinstitucional.
  • Ciencia abierta: datos estandarizados para investigación, modelización y educación, integrados en EMODnet y Copernicus.

En un momento en el que la economía azul y la transición ecológica exigen datos de calidad para compatibilizar protección y desarrollo, aprovechar la fibra ya tendida como red sensora es tanto ingenioso como prudente.

Conclusión: escuchar el Atlántico para cuidarlo mejor

ATLAS propone una mirada nueva a infraestructuras que la sociedad ya da por sentadas: los cables submarinos. Lo que ayer era solo conectividad, hoy puede ser también observación ambiental, alerta temprana y mejor gobernanza del océano. Con Canalink, ITER y un consorcio atlántico de primer nivel, Canarias y España se sitúan en la vanguardia de una tendencia con recorrido europeo: convertir la red que nos comunica en una red que nos protege.


Preguntas frecuentes

¿Qué es la tecnología DAS aplicada a cables submarinos y para qué sirve?
DAS (Distributed Acoustic Sensing) permite utilizar un cable de fibra óptica como una línea continua de sensores a lo largo de su recorrido. En ATLAS se emplea para detectar cetáceos, caracterizar el ruido submarino y emitir señales tempranas ante terremotos en el mar, con el objetivo de mejorar la conservación, la seguridad marítima y la resiliencia.

¿Qué beneficios concretos puede notar la ciudadanía y el sector marítimo?
Los datos de ATLAS pueden convertirse en avisos a navegantes en zonas de presencia de cetáceos, evidencias para mitigar el ruido submarino y alertas tempranas vinculadas a eventos sísmicos, lo que eleva la seguridad y protege la biodiversidad en rutas de alto tráfico.

¿Cómo se compartirán los datos y con qué estándares europeos?
El proyecto creará una plataforma digital que publicará información en formatos estandarizados, útiles para la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina (MSFD) y compatibles con EMODnet y Copernicus, facilitando su reutilización por autoridades, científicos y operadores marítimos.

¿Quiénes forman parte del consorcio y cuál es el calendario?
ATLAS está liderado por PLOCAN (España) y reúne a Canalink (España), MaREI–University College Cork (Irlanda), INESCTEC (Portugal), GREENOV-ITES, MOOD Conseil, CEREMA y SHOM (Francia), junto a NTNU y EMSO ERIC (CMO) como entidades asociadas. El proyecto se extiende hasta principios de 2028 con un presupuesto de 3,4 millones de euros, cofinanciado al 75 % por FEDER.

vía: canalink.tel

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