En el mundo del hardware, hay un detalle que rara vez se ve desde fuera pero que puede cambiar el precio final de un iPhone, un Mac o un iPad: cómo y a qué precio se asegura la memoria. Y ahí es donde entra en juego el último runrún de la cadena de suministro: los acuerdos a largo plazo (LTA) de Apple para comprar chips DRAM estarían cerca de expirar, lo que abriría la puerta a subidas de precio por parte de proveedores como Samsung y SK hynix a partir de enero de 2026.
Qué significa que “caduquen” los acuerdos de memoria
Los LTA (Long-Term Agreements) son, en la práctica, contratos que permiten a una gran compañía reservar capacidad y estabilizar precios durante un periodo. Cuando un LTA termina, el comprador tiene dos opciones:
- Renegociar (normalmente con un nuevo precio, condicionado por el mercado).
- Comprar más a mercado (más expuesto a picos de demanda y a movimientos bruscos).
Si el mercado está “tranquilo”, el impacto puede ser limitado. Pero si el mercado está bajo presión —y ahora mismo lo está—, perder el paraguas de un acuerdo estable puede convertirse en un problema real para cualquier fabricante, incluso para Apple.
Por qué la memoria se está encareciendo
La memoria vive desde hace meses un cambio de prioridades que afecta a todo el sector:
- La demanda de IA está absorbiendo capacidad industrial: servidores, aceleradores y sistemas de entrenamiento consumen enormes volúmenes de memoria en distintas formas (DRAM para servidores, memorias avanzadas en stacks, etc.).
- Los fabricantes maximizan margen donde más se paga: cuando el sector paga más por ciertos productos o gamas, es lógico que la planificación industrial se incline hacia ahí.
- Las inversiones y ampliaciones de capacidad no son inmediatas: una nueva fábrica o una transición tecnológica no se resuelven “de un trimestre a otro”.
En ese contexto, Apple compite por suministro con medio planeta: fabricantes de móviles, PC, centros de datos y, en general, cualquiera que necesite memoria para nuevos equipos.
El factor geopolítico: restricciones de EE. UU. y el tablero asiático
Además del tira y afloja puramente industrial, hay otra capa que añade incertidumbre: las restricciones y controles de exportación y su impacto indirecto en la capacidad de operar y ampliar producción en Asia.
En los últimos tiempos, Samsung y SK hynix han estado bajo el foco por cómo las normas de EE. UU. sobre exportación de tecnología condicionan determinadas operaciones y suministros vinculados a China, un entorno crítico para la industria de semiconductores.
Sin entrar en alarmismos: cuando el mercado ya está ajustado, cualquier fricción adicional (regulatoria, logística o de planificación) tiende a trasladarse a precio o a disponibilidad.
What I find hard to understand is that the sell-side and the market are significantly overestimating Apple's supply chain management capabilities.
— Jukan ✈️Semicon Japan (@jukan05) December 13, 2025
In my view, Apple is also likely to take a significant hit from this memory price surge. The LTAs (Long-Term Agreements) that Apple…
¿Apple puede absorber el golpe… o lo pagará el consumidor?
Aquí la cuestión clave no es solo “si sube la memoria”, sino quién asume la factura.
Apple tiene margen para gestionar el impacto porque:
- opera con volúmenes masivos y poder de negociación,
- puede ajustar configuraciones (capacidad base, escalones de memoria, etc.) según modelos y regiones,
- y puede jugar con calendario (compras adelantadas, diversificación de proveedores, renegociación anticipada).
Pero también existe un límite: si los proveedores elevan precios de forma significativa y sostenida, Apple tendrá que elegir entre:
- recortar margen (no suele gustar en mercados exigentes),
- reordenar la oferta (subir precios en gamas concretas, o hacer que el salto de memoria sea más caro),
- o trasladar parte del coste al precio final en algunos productos, especialmente en lanzamientos de 2026.
Lo importante es que, por ahora, no hay confirmación oficial de cambios de precio por parte de Apple: lo que circula es un aviso de “riesgo” ligado a cadena de suministro y a la dinámica del mercado de memoria para 2026.
Señales que podrían notar empresas y usuarios
Si la presión de costes se consolida, los síntomas suelen aparecer así:
- Aumentos en el precio de configuraciones con más RAM (y en los “saltos” de 8 GB a 16 GB, de 16 GB a 24 GB, etc.).
- Promociones menos agresivas o menos frecuentes en ciertos productos.
- Cambios de estrategia: más énfasis en modelos con capacidad base concreta, o reposicionamiento de gamas para “justificar” subidas.
Para usuarios, esto se traduce en una sensación muy simple: “el mismo producto (o uno parecido) cuesta más que el año anterior”.
Preguntas frecuentes
¿Qué es un LTA (Long-Term Agreement) y por qué importa en la RAM?
Es un acuerdo a largo plazo para asegurar suministro y precio. Si expira en un momento de mercado tenso, el comprador puede pagar más por la misma memoria.
¿Qué productos de Apple serían más sensibles a una subida de DRAM?
Los que compiten por coste con configuraciones de memoria más altas: portátiles (MacBook), sobremesas base y gamas móviles donde la memoria es clave para IA en el dispositivo.
¿Subirá el precio del iPhone en 2026 por la memoria?
No hay confirmación oficial. El riesgo existe si la memoria encarece y Apple decide no absorberlo totalmente, pero dependerá de negociación, demanda y estrategia de producto.
¿Tiene sentido comprar hardware antes de 2026 “por si sube”?
Solo si ya ibas a comprar y te encaja el modelo actual. Comprar por miedo suele salir mal; lo más útil es vigilar precios y ofertas, y priorizar necesidades reales (RAM/SSD) frente a extras.