Adiós a Dennis Ritchie, el pionero silencioso que transformó la informática moderna

El creador del lenguaje C y coautor de Unix deja un legado que aún impulsa la tecnología actual

La comunidad tecnológica mundial perdió en 2011 a una de sus figuras más influyentes, aunque menos mediáticas: Dennis Ritchie, el ingeniero informático estadounidense que dio forma a gran parte de la informática moderna gracias a dos creaciones fundamentales: el lenguaje de programación C y el sistema operativo Unix. Su fallecimiento, que pasó casi desapercibido en el panorama informativo de aquel momento, contrasta con la inmensidad de su legado, aún más evidente con el paso del tiempo.

Un genio discreto

Nacido en 1941 en Bronxville (Nueva York), Ritchie se licenció en matemáticas y obtuvo un doctorado en física aplicada por la Universidad de Harvard. Pronto encontró su lugar en los míticos Bell Labs, uno de los mayores focos de innovación tecnológica del siglo XX. Allí comenzó a colaborar con otro gigante de la informática, Ken Thompson, con quien en 1969 pondría en marcha un proyecto revolucionario: Unix.

Desarrollado originalmente para los ordenadores PDP-11 de DEC, Unix fue mucho más que un sistema operativo. Introdujo conceptos como la estructura jerárquica de archivos, la redirección de entrada y salida, o el uso de herramientas pequeñas y modulares que se pueden encadenar mediante ‘pipes’. Estas ideas influyeron decisivamente en la forma en que se construyen los sistemas operativos hasta el día de hoy.

El nacimiento de C: un lenguaje para gobernarlos a todos

Pero Ritchie no se detuvo ahí. En 1972 desarrolló el lenguaje de programación C, tomando como punto de partida el lenguaje B creado por Thompson. Su objetivo era contar con un lenguaje más potente y flexible que permitiera reescribir Unix y hacerlo portable entre diferentes arquitecturas de hardware. Y lo logró.

C no solo permitió que Unix se expandiera, sino que se convirtió en el estándar de facto de la programación de sistemas. Muchas de las tecnologías que hoy utilizamos, desde Linux hasta Windows, pasando por bibliotecas de software, navegadores y microcontroladores, están escritas parcial o totalmente en C o en lenguajes derivados como C++ o Objective-C.

Un legado que perdura

En 1978, Ritchie coescribió junto a Brian Kernighan el libro The C Programming Language, más conocido simplemente como “K&R”, considerado una biblia para generaciones enteras de programadores. A día de hoy, sigue siendo un texto de referencia en facultades y escuelas técnicas de todo el mundo.

A lo largo de su carrera, Ritchie recibió numerosos reconocimientos, como el Premio Turing en 1983, el equivalente al Nobel de la informática, o la Medalla Nacional de Tecnología de EE.UU., que le fue otorgada en 1998 por el entonces presidente Bill Clinton, compartida con Thompson.

Más allá del reconocimiento

Pese a sus logros, Ritchie nunca buscó protagonismo. En una época en la que las figuras tecnológicas se han convertido en celebridades, su modestia contrasta con la trascendencia de sus aportaciones. Como él mismo dijo en una ocasión: “Es posible que los sistemas Unix y C hayan influido, pero lo hicieron de una forma silenciosa”.

Y tenía razón. Su obra no está en titulares, sino en el núcleo de nuestros sistemas operativos, nuestros compiladores, nuestros servidores web y nuestros móviles. Linux, macOS, Android, incluso iOS y Windows —en muchos niveles— beben de las ideas y estructuras que él ayudó a definir.

Una pérdida silenciosa, un impacto monumental

Dennis Ritchie falleció el 8 de octubre de 2011, a los 70 años. Su muerte coincidió con la del carismático Steve Jobs, lo que en parte explica la escasa cobertura mediática que recibió. Sin embargo, entre los desarrolladores, ingenieros y expertos que trabajan cada día construyendo el futuro digital, su figura sigue siendo reverenciada.

Como escribió Rob Pike, uno de sus compañeros en Bell Labs y también figura clave del desarrollo de Go y Plan 9:
«El mundo ha perdido a un hombre realmente grande. Sin Dennis, muchos de nosotros estaríamos sin empleo.»

D.E.P. Dennis Ritchie

Hoy, más de una década después, la huella de Ritchie es más visible que nunca. Cada línea de código que compila, cada sistema operativo que se inicia, cada servidor que responde a una petición en la web, lleva en su esencia algo de Unix, algo de C, algo de Dennis Ritchie. Y en ese sentido, aunque haya muerto, nunca se ha ido.

Más información en Wikipedia

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