El balanceo de carga es una estrategia utilizada para distribuir eficientemente las cargas de trabajo informáticas entre múltiples servidores. Un balanceador de carga se encarga de dividir el tráfico de una aplicación entre varios servidores, garantizando que ninguno de ellos se sobrecargue al gestionar todas las solicitudes. Este método evita que un único servidor se convierta en un punto de fallo, asegurando así la disponibilidad y el rendimiento óptimo de la aplicación.
Además, el balanceo de carga mejora la capacidad de respuesta del sistema al permitir la incorporación de servidores adicionales cuando sea necesario, facilitando la escalabilidad horizontal. Esto resulta esencial para mantener un servicio ininterrumpido incluso durante picos de tráfico, actualizaciones de servidores o fallas imprevistas, lo que se traduce en una experiencia de usuario más estable y satisfactoria.
